tag:blogger.com,1999:blog-18125423.post1027267299345878550..comments2024-03-27T17:02:24.230+01:00Comments on Escucha de la Palabra: 11º Domingo Ordinario - AUnknownnoreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-18125423.post-26093868427857801812008-06-10T11:01:00.000+02:002008-06-10T11:01:00.000+02:00La misión nace de la com-pasión. El apóstol necesi...La misión nace de la com-pasión. El apóstol necesita una sensibilidad especial para darse cuenta de las necesidades de los demás. Quien esté inmerso en sus propias preocupaciones, de forma excesiva, carecerá de este requisito. <BR/>Ayer conversaba con una hermana de apostolado, y comentábamos que dentro de poco nos quedábamos otra vez en paro. Otra vez a buscar empleo, a esperar que llamen de la bolsa de trabajo. Sísifos somos, le dije.<BR/>Pero lo que me dejó más preocupado fue cómo nos lamentábamos conscientemente de que esta situación nos alejaba de nuestro ideal, de poner el 100% en la misión y en la actividad eclesial.<BR/><BR/>Obstáculos para el apóstol de hoy. Parece que el liberalismo nos ha traído esta lacra. Y así se nota en nuestras parroquias y comunidades: la falta de matrimonios jóvenes y familias.<BR/>Quizá sea el momento que desde la pastoral diocesana se tomen medidas para motivar y facilitar el acceso de este colectivo a la Iglesia. Quizá esté divagando, pero la conciencia de nuestra situación me eleva la fiebre.<BR/>SALUDOS HERMANAS Y HERMANOSAnonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-18125423.post-85571473522305242692008-06-05T21:51:00.000+02:002008-06-05T21:51:00.000+02:00COMO OVEJAS SIN PASTOR (Mt 9,36-10,8)La contemplac...<B>COMO OVEJAS SIN PASTOR (<I>Mt 9,36-10,8</I>)</B><BR/><BR/>La contemplación de la muchedumbre, extenuada y abandonada, despierta la compasión de Jesús. Pero no es la suya una compasión reducida a mero sentimiento por la impotencia frente a la magnitud del problema, sino un sentimiento que conduce al compromiso. La tarea es tan ingente que elije a Doce para que alivien las dolencias de los hombres y dobleguen el poder de los espíritus perversos. Su tarea es anunciar la llegada del reino, curar la enfermedad, devolver la vida, purificar y ahuyentar el imperio del mal. Han de hacerlo gratis porque su anuncio y su poder es pura gracia. La compasión y la ayuda solidaria no tiene mejor paga que la alegría de sentir dentro un corazón que late al ritmo del amor, el único ritmo verdaderamente humano.<BR/><BR/>La elección de los Doce es el comienzo del discipulado. Jesús se rodea de un grupo de seguidores para instruirlos e iniciarlos en la misión de la que se sentía deudor. La tarea -la de Jesús y la de los cristianos- no es otra que dar respuesta al sufrimiento de los hombres. El espíritu con el que han de realizarla es el servicio y su fundamento, el amor. No es como ocurre -por desgracia- en otros ámbitos donde el dolor de los hombres, sus problemas, su angustia, sus anhelos, sirven como pretexto o plataforma para satisfacer ansias de poder, avaricias, necesidad de prestigio y otras cosas. Es la diferencia entre servir a los hombres en su sufrimiento y servirse del sufrimiento de los hombres.<BR/><BR/>Éste es también el auténtico sentido de la compasión tal como ha de entenderla un cristiano. No es lástima, lamento y pena. Es todo eso más el compromiso. Que no es suficiente con lamentarse porque las cosas estén mal y sentir pena de quienes las padecen. Ni siquiera es suficiente manifestar la propia rebeldía. Es necesario actuar y poner remedio a los males, si lo tienen. Y si no lo tienen, habrá que pedir a Dios que envíe a sus obreros. Todo menos cruzarse de brazos y ahogarse en lamentos, que las más de las veces sólo sirven para justificar la inoperancia y la pereza. Decir “¡Lo siento!” no es suficiente, cuando es posible poner remedio.<BR/><BR/>Viene esto también a darnos luz sobre una tentación que suele darse cuando los problemas crecen: el desaliento. El corazón humano es como una vela al viento: si sopla, se hincha y hace que todo avance, pero, si cesa, todo se detiene. Y no ha de ser así si se buscan remedios eficaces. Más bien diría yo lo contrario porque entiendo que el riesgo ha de ser considerado como reto y venturosa oportunidad de crecimiento. Sólo los espíritus débiles y asustados retroceden ante la dificultad. Los animosos, por el contrario, avanzan más deprisa cuando pisan ascuas.Anonymousnoreply@blogger.com