4º Domingo de Pascua - C

sábado, 17 de abril de 2010
25 Abril 2010

Hechos: Primer viaje de Pablo: apertura a los gentiles.
Apocalipsis: Estos son los que vienen de la gran tribulación.
Juan: Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna...


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Juan García Muñoz.

6 comentarios:

{ Paco Echevarría } at: 17 abril, 2010 14:00 dijo...

UNA VIDA PARA SIEMPRE (Jn 10,27-30)


El primer enfrentamiento de Jesús con las autoridades tuvo lugar en el templo de Jerusalén, con ocasión de la expulsión de los vendedores. Fue entonces cuando decidieron que tenía que morir. El último ocurrió en el mismo sitio y el motivo fue su condición de Mesías. Los dirigentes le exigen que diga abiertamen­te si es o no el esperado y que muestre sus credenciales. Jesús les responde que deben sacar la conclusión viendo lo que hace. Su obra en favor de los hombres es la única credencial que puede presentar. Pero ellos no quieren enterarse. Por eso ni le escuchan ni le siguen, sino que intentan apedrearlo.

La fe en Jesucristo implica dos actitudes, una consecuencia y un fundamento. Las actitudes son la escucha y el seguimiento. La fe entra por el oído, es decir, supone prestar atención a la buena noticia del perdón que elimina los miedos y sitúa al hombre en la dinámica del amor y la fraternidad. Pero no es una escucha pasiva, sino profundamente comprometida y, por ello, implica el seguimiento de aquel que ha encarnado esa buena noticia. La fe cristiana no se reduce, por tanto, a la adhesión a un conjunto de verdades, sino que consiste en la adhesión a una persona que se presenta como verdad, camino y vida.

La consecuencia es la vida eterna. El miedo desaparece cuando la muerte deja de ser una amenaza y pasa a ser vista como el trámite necesario para una vida definitiva. El materialismo no entiende que pueda existir algo que no sea materia y, por ello, unos ignoran y otros niegan la realidad sobrenatural o una vida para siempre. Pienso que es como confundir el coche con el movimiento. El sentimiento religioso siempre ha estado vinculado a una vida después de la muerte -otro asunto es el modo de entenderla- y no creo que esta convicción pueda ser menospreciada por no ajustarse a las exigencias del pensamiento científico. ¿Por qué razón sólo va a ser legítimo y aceptable el discurso científico? Si así fuera, tendrían que callar demasiadas voces, precisamente aquellas que dan sentido a la vida como es la del poeta, la del filósofo o la del artista. Tampoco creo que la fe en la vida eterna conduzca -como se ha dicho- a la negación de la vida temporal. Más aún: creo que es al revés, porque sólo quien no teme la muerte es capaz de vivir plenamente la vida.

El fundamento de todo es que quien cree en Cristo y le sigue se une a él y quien se une a él se une al Padre. La fe profesa que el fundamento de la vida y el ser del hombre es la vida y el ser de Dios. Y, si Dios es el fundamento de todo, nada puede representar una amenaza. Por eso la fe en Dios -bien entendida- implica necesariamente el compromiso con el mundo y el riesgo que conlleva.


FRANCISCO ECHEVARRIA

Maite at: 18 abril, 2010 10:38 dijo...

Hazme oír tu voz, Señor, que me llama por mi nombre y me conoce; que me trae la paz por dentro y me recoge.
Ven a buscarme, Señor, cuando me alejo, y seducida por tantas otras voces halagüeñas abandono mi redil y te dejo.

Sólo Tú me das la vida eterna y otras voces y pastores me maltratan y me hieren, y me dejan caída por tierra.
No dejes Tú que nadie me arrebate de tu mano, porque yo soy tuya, el Padre a Ti me ha entregado.

Ven, mi Buen Pastor, con tu cayado; ven, y cógeme entre tus brazos, que el camino se hace agreste y yo me canso; que la vida sólo se halla entre tus pastos.

Tomás at: 19 abril, 2010 23:14 dijo...

"Nada revela tanto el carácter de una persona como su voz" (B.Disraeli)

La voz de Jesús, única entre millares de millones, inconfundible para el que ha sido llamado por Él una vez. La voz de Jesús cuando pronuncia mi nombre me hace dar un "vuelco":
"Dícele Jesús: ¡María!
Ella se vuelve y le dice: ¡Rabbuní!" (Jn 20,16)
La voz de Jesús, potente para hacer "volcar" a quien quiere: "¡Saulo, Saulo!¿por qué me persigues?" (Hech 9,4)

Voz que resuena audaz, en el mismísimo templo, para sacar fuera a sus ovejas. Voz que resuena más allá del templo, para llamar a las que "no son de este aprisco". Voz del "extraño" Pastor que se expone al aullido de los lobos. Voz del que grita muriendo por las suyas: "y lanzando una gran voz, expiró". (Mc 15,37)

Voz que te haces aliento de Espíritu para resonar no sólo fuera, en mis oídos corporales, sino dentro, en las entrañas del alma.
¡Voz! Silénciame.
Hazme escuchar tu timbre, tus acentos, tu música:
única, extraña, conocida, irresistible.
"Voz de Dios sobre las aguas".
Agrégame al rebaño de los que Tú conoces, defiendes, guías,
y arrebatas de la muerte, en el seguro refugio de Tus Manos.

{ Iglesia de Sopelana San Pedro Apostol } at: 22 abril, 2010 22:42 dijo...

http://sopelakoeliza.blogspot.com

{ Iglesia de Sopelana San Pedro Apostol } at: 22 abril, 2010 22:45 dijo...

Ya son más de cuatro años que seguimos vuestra página.

Hemos creado nuestro blog en la parroquia, dende hay un enlace preferente a vustro blog.

podeis visitarnos en:

http://sopelakoeliza.blogspot.com

o en:

http://iglesiadesopelana.blogspot.com

Flora León at: 24 abril, 2010 11:41 dijo...

Cerrase a la Palabra como los judíos del evangelio de hoy, nos lleva a ser esclavos de nuestras propias pasiones, que son los pecados capitales: Soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza; cabezas de todos los demás pecados.

Escuchar tu Palabra, escuchar tu voz Señor es acoger los frutos del Reino: Amor justicia paz, servicialidad, bondad, humildad, comprensión etc…


Siempre que escucho tu voz, ella me lleva a la paz, incluso cuando me muestra mi pecado “Porque no has venido para condenar al mundo sino para salvarlo” .

Y escuchar tu voz, Buen Pastor nos lleva a andar en verdad y nos trae la paz que es fruto de la justicia. . ¿Qué justicia? La justicia de ver nuestra nada, nuestro pecado y a la vez tu inmenso amor de Padre…

Señor, así como lo sé, así como lo veo, dame el llevarlo a la práctica en lo pequeño, en lo concreto de cada día, donde me espera tu Amor, donde tu Palabra se hace Vida…. Donde puedo hacer realidad mi opción por Ti…Para que pueda ya desde ahora formar parte de esa “multitud inmensa que nadie podría contar ” y contemplarte a Ti Pastor y Cordero divino , tras haber sido lavada y blanqueada en tu preciosa Sangre, al llegar de la gran tribulación donde tu enjugarás toda lágrima y serás eternamente el gozo de tus elegidos.

La felicidad del Cielo y de la tierra es verte Señor….

“Nos hiciste para Ti e inquieto está nuestro corazón hasta que descanse en Ti”. San Agustín.

“La gloria de Dios es la salvación y la felicidad del hombre.” San Ireneo.


¡¡¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS SEÑOR!!!