SOLO EVANGELIO

domingo, 10 de febrero de 2013

17 FEBRERO 2013
1º DOM. CUARESMA-C

1 comentarios:

Maite at: 12 febrero, 2013 18:54 dijo...

La tentación forma parte del camino de la vida, es inherente a la condición humana. Tanto que el mismo Jesús la sufrió y por eso nos precede y acompaña, sabiendo de qué barro estamos hechos.

En el padrenuestro pedimos a Dios que nos libre del mal, pero no de la tentación, sí que nos guarde de caer en ella. La tentación purifica y acrisola nuestro amor, nos obliga a optar, elegir y decidir en libertad, exigiéndonos así coherencia con ella. La tentación saca lo mejor de nosotros mismos.

De Jesús aprendemos como vencerla: con oración, austeridad y sobriedad de vida, con la Palabra de Dios. Pero de nada nos sirve todo eso si no nos sentimos y percibimos como hijos de Dios, si no hemos escuchado antes, como Jesús, la voz del Padre que nos llama sus amados y amadas.

Aún contamos con otro poderoso aliado y defensor ante la tentación: el Espíritu de Dios, fuerza y luz, su aliento de vida, su beso y ternura. Su misión es que crezca en nosotros, en la tentación, el hombre nuevo, la mujer nueva, y mengüe, más y más, lo viejo en nosotros, lo caduco y propio del pecado.

Las tentaciones de todos los tiempos, para grandes y pequeños, son y serán siempre las mismas: la del poder y dominio, la de manipular y utilizar a Dios a nuestro antojo, la de salvarnos a nosotros mismos.

Como a Jesús la tentación nos acompaña durante toda la vida, vestida siempre de ángel de luz, tomando prestada incluso la Palabra de Dios para engañarnos. Si caminamos guiados y movidos por el Espíritu nuestros sentidos estarán despiertos para reconocerla, y pasar por ella solo hará que nuestro caminar en pos de Jesús sea cada vez más auténtico y decidido, más lúcido y confiado.