4ºDOM-ADV-B

lunes, 15 de diciembre de 2014
21 DICIEMBRE 2014
4º DOMINGO DE ADVIENTO

Lucas 1,26-38 Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo

3 comentarios:

Paco Echevarría at: 15 diciembre, 2014 21:27 dijo...

HIJA PREDILECTA DEL PADRE

Lc 1, 26-38

La anunciación a María está en paralelo con la anunciación a Zacarías. El autor quiere que leamos los dos textos tratando de descubrir semejanzas y diferencias. De este modo queda en evidencia la supremacía de Jesús respecto a Juan y la de María con relación a Zacarías. Zacarías es sacerdote y es llamado en el templo. Con ello indica que Dios se manifiesta en el culto y llama desde un espacio físico y temporal que es sagrado. María es una mujer sencilla y es llamada en su casa. Así indica que Dios se manifiesta en la vida y llama desde ella.

Para entender el relato en profundidad hay que tener en cuenta lo siguiente: Gabriel significa "Dios es mi fuerza". Lo que va a ocurrir, por tanto, en ambos casos es obra de Dios, una manifestación de su poder, su intervención en la historia para salvación de los hombres. El saludo a María es el mismo que el dirigido a Jerusalén en Sof 3,14-18, referido a la Hija de Sión, que personifica al resto fiel, gracias al cual viene la salvación. María es, por ello, la personificación de todos los sencillos que con su fidelidad a lo largo del tiempo hicieron posible la venida del salvador. El saludo del ángel es el dirigido a quien va a recibir una importante misión. María se turba: no comprende por qué se le saluda de esa manera ni conoce qué importante misión se le va a confiar. Y reacciona tratando de comprender el sentido de lo que está ocurriendo. Zacarías siente miedo ante la visión.

Estamos ante dos casos de experiencia sobrenatural:

Zacarías representa al AT, para el que la experiencia religiosa es sobre todo cultual y la reacción del hombre ante la presencia de lo divino es el miedo; María representa el NT para el cual la experiencia religiosa es sobre todo existencial y la reacción humana es el desconcierto y la búsqueda.

A Zacarías se le tranquiliza por la misión. Se le hace saber que su oración ha sido escuchada. Se le anuncia el nacimiento del precursor. El AT es preparación, es tiempo de súplica y de espera. El hecho que se va a producir es humanamente imposible para que se vea que es obra de Dios. A María se le tranquiliza y se le hace saber que cuenta con el favor de Dios. Se le anuncia el nacimiento del mesías. El NT es realización. La salvación es un don. Ella va a ser la madre del mesías que, al mismo tiempo, es el Hijo de Dios. Es un hecho humanamente imposible e incomprensible.

En su respuesta, Zacarías pide una prueba. Duda de Dios. El conocimiento de la misión le lleva a dudar de la misma por lo absurda que es. María pide una explicación. Su incomprensión del modo le hace dudar de su propia capacidad. El conocimiento de la mi¬sión lleva a María a dudar de la propia capacidad para realizarla.

A Zacarías el ángel le confirma su condición de enviado al ver que se pone en duda su mensaje. La prueba es a la vez un castigo. A María el ángel le explica el cómo. Para ello utiliza la misma imagen que aparece en Gn 1,1 al dar comienzo la creación. Da una prueba, aunque no se le ha pedido. Enuncia un principio que es una llamada a la fe en el poder de Dios. Ninguna prueba tiene valor para el que no cree.

La aceptación de la misión falta en Zacarías, mientras que María acepta plenamente el designio de Dios ("hágase"). En el primer caso Dios saca adelante su designio a pesar de la incredulidad del hombre (Zacarías). En el segundo caso lo hace con la colaboración humana (María).

Maite at: 17 diciembre, 2014 17:10 dijo...

Además de vivir atentos y vigilantes, esperanzados y alegres, en clave de conversión, la Iglesia nos propone contemplar a María, la madre de Jesús, durante este tiempo de gracia que es el Adviento. De Ella aprendemos las palabras y actitudes para dejar que Dios se haga carne en nosotros.

En los evangelios no hay nada que indique que María ha hecho obras grandes por Dios, es Él quien hace maravillas en Ella. María cree y confía en su palabra, y se pone en sus manos para que se cumpla en Ella la voluntad de Dios. Está tan atenta a las palabras del ángel, que al saber por él del estado de su prima Isabel, toma la decisión de acudir en su ayuda, olvidándose de sí y sus propios asuntos, por ejemplo ¿cómo explicar a José lo que va a suceder?

La grandeza de María está en que deja a Dios ser Dios, y Ella se dispone a ser lo que Él quiere y necesita. Dios cuenta con Ella en su plan de salvación y Ella acepta sin pretender escribir ni corregir ese plan. Su sello personal, la impronta que deja su colaboración, es la fidelidad absoluta a su misión, que Ella no ha buscado ni elegido, pero sí aceptado libremente.

En adelante toda la vida de María estará marcada por las palabras pronunciadas en el momento de la Anunciación, por su coherencia con ellas. Lo suyo no es hacer obras grandes por Dios, sino dejar que Él haga en Ella lo que quiera. Es Él quien escribe la historia, el que salva. Ella es quien canta eternamente las misericordias del Señor.

Juan Antonio at: 19 diciembre, 2014 20:13 dijo...

Termina el Adviento y termina con la protagonista por excelencia de este tiempo, del que viene y del que vendrá, María, Madre de Dios y Madre nuestra.
Hoy contemplamos en la Palabra de Dios la construcción de un templo que el hombre quiere hacer para Dios y el templo que Dios escoge para abajarse y hacerse hombre.
Lo primero es lo antiguo, lo caduco, lo material, que como nos vendría a decir Jesús en el pasaje de la samaritana, ya no tendría vigencia, pues no se dará culto a Dios ni en Samaria ni en Jerusalén, sino que el culto que se dará a Dios será en espíritu y en verdad.
Dios escoge el seno materno de María para venir a este mundo a cumplir su plan salvador, a traernos su Reino y empieza siendo niño débil, con las limitaciones propias y ayer celebrábamos la fiesta de la Expectación del Parto o más comúnmente llamada de Nuestra Señora de la Esperanza, anhelo del Aviento, deseo del cristiano y alegría de todos los creyentes.
Al igual que Dios quiso ese templo para su Hijo, que no era otro que el de la mujer creyente, “bendita tú porque has creído”, Jesús también nos dirá que “el que cumple mis mandamientos es el que me ama..... y mi Padre y yo vendremos a él y haremos nuestra morada en él”: este el templo que el Señor quiere de nosotros, el amor, único mandamiento que nos dio pero con un modelo, nuestro amor tiene que ser como el suyo, amor hasta el fin, hasta darse, entregarse, en lo pequeño y en lo grade: quizás nuestras vidas está llamada solo al anonimato del día a día para que llevamos la alegría que podamos a otros más falto de ella que nosotros mismos.
S. Pablo nos diría después “ ¿no sabéis que sois tempos del Espíritu Santo?
Construyamos nuestro templo a Dios en el amor, la fe y la esperanza y cantaremos la misericordia del Señor eternamente
María, Madre de la Esperanza, en tu alumbramiento del Dios Salvador, ayúdanos a decir AMEN