4ºADV-C

martes, 15 de diciembre de 2015
20 DICIEMBRE 2015
DOM. 4º ADVIENTO       

5 comentarios:

Paco Echevarría at: 15 diciembre, 2015 16:30 dijo...

DOS MADRES (Lc 1,39-48)

Cuando faltan pocos días para la Navidad, vemos el abrazo de dos mujeres que pronto serán madres. Las dos saben que una vida nueva se está gestando en su interior. Isabel era una mujer humillada por su esterilidad. En la vejez, cuando la dificultad para concebir era doble, se ve liberada de lo que la había avergonzado durante toda su vida. Será la madre del último profeta. María es una mujer joven, que ha sentido sobre sí la mirada de Dios. Será la madre del Mesías. Son dos mujeres unidas por la maternidad y por el misterio.

Isabel, al ver a María, se llena de gozo y, con ella, el hijo que llevaba en su vientre. Es el gozo del niño en gestación -¡Qué diferente a hoy, en que muchos hijos, aun no nacidos, son temidos y vistos como una amenaza!-. La saluda con las palabras de David cuando el arca de la alianza iba a ser llevada a su palacio (2Sam 6,9). María encierra la Nueva Alianza, como el arca, las tablas de la antigua. Isabel representa el desconcierto del ser humano ante el sorprendente anuncio de que Dios haya querido venir a visitarnos. Ese es el significado auténtico de la Navidad: Jesús de Nazaret -hijo de María- es el Mesías -Hijo de Dios-. Esto podrá aceptarse o no -creerse o no creerse-, pero una cosa es cierta: quienes creemos en el misterio de la Encarnación nos sentimos comprometidos con lo que eso significa -esto es: que no es posible encontrar a Dios más que en el hombre como no es posible descubrir la identidad más profunda del hombre si no es desde Dios-. Dios en el ser humano. El ser humano en Dios. El signo será un niño colocado en un pesebre -un ser pobre y débil-. Dios se manifiesta en la pobreza y en la debilidad de lo humano.

La respuesta de María es un canto de alabanza a Dios por haberse fijado en ella. Lo habían dicho los profetas: "Yo habito en el cielo, pero también estoy con el contrito y humillado para reanimar su corazón" (Is 57,15). María -la Iglesia- sabe lo que está ocurriendo: la luz está viniendo al mundo y todo el que la acoja no caminará en tinieblas. Ella simboliza a los sencillos, a los humildes, a los que hacen posible la presencia de Dios en el mundo. A través de ellos se manifiesta como Señor, Poderoso, Santo y Misericordioso. Son los atributos de Dios en el Antiguo Testamento que se van a hacer visibles en Jesús de Nazaret. El hijo que ella está gestando será la manifestación de Dios en favor de los que viven humillados por la prepotencia de los poderosos y la indiferencia de los que nadan en la abundancia. El hijo que ella dará a luz sentirá sobre sí el Espíritu cuando anuncie la buena noticia a los pobres, ponga en libertad a los cautivos, dé la vista a los ciegos y proclame el perdón de los pecadores.

Todo esto se convierte en presencia misteriosa el día de Navidad. Que el príncipe de la paz llene de alegría tu corazón y tu hogar y que la paz rebose como la primavera en los montes.

Francisco Echevarría

Manuel Martín de Vargas at: 15 diciembre, 2015 16:33 dijo...

El Concilio Vaticano II llamó a María "la peregrina de la fe", por ese caminar en la obediencia al Padre que se inicia al reconocerse como "sierva del Señor", palabras que configuraran aquellos con los que Cristo definió su propia actitud. "El Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir".
Va para servir a Isabel. Dios se ha vuelto a cruzar en su vida y le ofrece un servicio: atender a una mujer cuya salud y embarazo van a necesitar mucha ayuda.
No va a consistir en grandes cosas. Van a ser cosas pequeñas y vulgares: sonreír, limpiar, cocinar..., las pequeñas cosas de las que la vida está hecha. Y María no se cree que esté por encima de estas cosas. Y "partió apresuradamente".
Cuando tememos perder el tiempo en los pequeños servicios con que podamos atender a los demás, nosotros que no somos gente ilustre, es porque concedemos excesiva importancia al trabajo propio.
Hay que aceptar que Dios venga a interrumpirnos; se va a cruzar en nuestro camino y va a trastornar nuestros proyectos. Metidos en nuestras "importantes" ocupaciones diarias, podríamos pasar de largo como hicieron el sacerdote y el levita ante aquel que cayó en manos de los ladrones...
Es muy importante que Dios administre y llene nuestro tiempo.

Maite at: 15 diciembre, 2015 21:11 dijo...

Miqueas podría muy bien referirse a María cuando interpela a Belén, pequeña entre las aldeas de Judá, de la que saldrá el jefe de Israel. También vemos reflejada a María en las palabras que la carta a los Hebreos pone en boca de Cristo: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad"Y

Y así nos presenta el evangelio a María, como una mujer del pueblo que se distingue por su fe. Ha creído en Dios y ha puesto todo su ser en sus manos para que Él haga su voluntad en ella, lo que quiera y como quiera.

Pero María no se queda en la elección de que ha sido objeto por parte de Dios y las noticias sobre su prima Isabel la empujan a acudir aprisa, nos dice Lucas, en su ayuda. Y en casa de Zacarías se encuentran dos madres primerizas, una joven y otra no. Ambas han sido escogidas y bendecidas por Dios y sus vientres fecundados, pero Isabel reconoce en María a la madre de su Señor.

En casa de Zacarías hay alegría y muchos preparativos en torno a un nacimiento, el más inminente, y una mujer que sirve a otra mientras ambas proclaman las grandezas de Dios.

juan antonio at: 16 diciembre, 2015 21:49 dijo...

Esta última semana del Adviento, el Evangelio nos trae la visita de María a su prima Isabel que estaba en el sexto mes de gestación.
La Virgen María, una vez conoció la noticia por el Angel, a toda prisa se pone en camino y tras los saludos, viene esa alabanza de Isabel ““Dichosa tú que has creído””.
Mi reflexión se va a fijar en dos actitudes de María, por una parte está la solicitud en el servicio, más concretamente en el acompañamiento, su prima era mayor, el parto podía ser difícil, había en definitiva, riesgos y María estaba allí, a plena disposición, para todo lo que fuere necesario.
Hoy esta sociedad en la que vivimos reina la soledad, por una parte en las personas mayores, estén en casa o en una residencia, están solas, faltas de ese cariño de la familia ese arropamiento que nos hace vivir las dificultades de la edad y los achaques.
Pero hay otras personas que sin ser mayores están solos, sean o no jóvenes, se encuentran en la soledad de no tener una ocupación que sustente la familia o le dé una identidad como persona al sentirse realizado y aquí entra nuestra reflexión sobre nuestra disposición hacía los demás, en darnos y ofrecernos para que esas personas en soledad tenga la dignidad de persona y persona hijos de Dios.
Por otra parte, María es nuestra Madre en la fe, pues si lo decimos de Abraham, cuanto más de nuestra Madre “”dichosa tú que has creído””, dichosa tú que con tu aceptación, tu “SI” hiciste posible el plan de la misericordia de Dios con la humanidad, hizo y hace posible el plan salvífico de Dios.
Volvemos siempre sobre la fe como pilar de nuestro caminar construyendo el Reino de Dios ahora y para siempre “y yo estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos” y aun dudamos, o mejor, creo, nos olvidamos de que Dios camina con nosotros y tenemos que dejarnos llevar de su mano, porque “sin mi nada podéis hacer”.
Dichosa tú que has creído fue la alabanza de Isabel, pues que se pueda decir de cada uno de nosotros que somos mujer/hombre de fe.
María, Madre de todos los hombres, ayúdanos a aceptar la voluntad de Dios sobre nosotros.

Paco Pérez at: 20 diciembre, 2015 10:52 dijo...

LA BIBLIA NOS MUESTRA EL CAMINO… ¿VIAJAMOS POR ÉL?
Atravesamos unos tiempos confusos pero… ¿Cómo fueron los que tuvo que vivir Miqueas?
Él también fue un refugiado. Huyó del invasor para salvar su vida y se refugió en Jerusalén, allí se encontró con una sociedad paganizada y, como consecuencia de ello, la injusticia presidía el día a día de la convivencia. Empujado por esta situación de caos y la fuerza de Dios les profetizó el cumplimiento de las promesas hechas por el Señor a su pueblo. El nuevo orden comenzaría con el nacimiento de Jesús y el lugar elegido para tal acontecimiento sería la aldea de Belén. Este anuncio nos muestra cómo actúa Dios, prefiere la pequeñez a la grandeza, por eso elige Belén y no Jerusalén… ¿Practicamos ese mensaje o preferimos caminar por el de la ostentación?
Hoy, el papel de la mujer en la Biblia queda, a mi entender, muy bien posicionado y si alguien opina lo contrario es porque de manera retorcida busca en los textos lo que realmente no hay. Estos comportamientos se originan porque interpretamos a Dios, que es infinito, desde la finitud humana… ¿No es una empresa atrevida hacerlo?
Es evidente que el hombre y la mujer son un complemento desde el principio de los tiempos y por ello cada uno tiene adjudicado su papel en un plano responsable. Que la sociedad haya marginado a la mujer no significa que Dios diseñara para ella lo que de manera injusta le hacen las personas, si así fuera no tendría sentido que le reservara el papel inigualable de ser la “madre de Jesús”… ¿Hay otro argumento más grande que éste para derribar ese planteamiento?
Las personas podemos mantener posturas incongruentes pero Dios no porque es el CAMINO, la VERDAD y la VIDA… ¿Lo crees?
María acude a casa de Isabel empujada por la responsabilidad y la entrega, algo que aprendió en el seno de su familia, y que le empujó para viajar en ayuda de su prima. Ésta era muy mayor y necesitaba que la cuidaran, María se desplaza para atenderla.
Isabel, cuando María entró en su casa, le dijo: [Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?].
Miqueas y María son empujados por la fe a creer sin dudar en las promesas históricas que Dios había hecho a su pueblo, ellos no dudaron y aceptaron los papeles que les adjudicó el Padre en su “Plan de Salvación” para los hombres.
Él, recordándoles lo que estaba próximo y ella, aceptando la propuesta que le hizo el Señor… ¡¡¡Ser la madre del HIJO de DIOS!!!