4º DOM-PASCUA

domingo, 30 de abril de 2017
7 MAYO 2017

4º DOM-PASCUA

3 comentarios:

Paco Echevarría at: 30 abril, 2017 23:13 dijo...

PASTOR Y PUERTA (Jn 10,1-10)

La metáfora de la puerta con la que se abre el evangelio de este domingo tiene un antecedente clarificador en el salmo 118: “Ésta es la puerta para llegar al Señor... sólo los justos pueden entrar por ella”; y un complemento necesario en el Apocalipsis “Miré y vi una puerta abierta en el cielo” (4,1). Uniendo ambos textos tenemos el significado de la parábola: Jesús se presenta a sí mismo como la única puerta por la que se puede entrar en el mundo celestial donde se encuentran los justos; o -lo que es lo mismo-: él es la conexión entre lo humano y lo divino, el paso a la salvación, el acceso a Dios. Lo contrario a la puerta de la vida es la puerta del abismo, que conduce a la destrucción.

Otra metáfora, unida a ésta, es la del pastor que conoce y guía a las ovejas caminando delante de ellas para mostrarles el camino. La figura contraria es la del ladrón y salteador; a éste no le siguen, sino que huyen de él porque no lo conocen. Hay, por tanto, una relación de conocimiento y confianza mutua entre el pastor y el rebaño.

En el contexto de la Pascua, el texto de Juan se refiere a la función de Jesús Mesías. Él representa el eslabón que uno lo divino y lo humano, el camino, la puerta, el paso obligado por el que los hombres llegan a Dios y Dios a los hombres. Son dos mundos diferentes y llegan a ser dos mundos incomunicados cuando Cristo falta. Viene esto a tocar una característica del mundo actual: la inmanencia, que no es sino el repliegue del mundo sobre sí mismo, eliminando todo lo que está más allá del horizonte humano. Para nuestro mundo, el mundo material es el único mundo real y la razón, el único medio de conocimiento. Lo sobrenatural es relegado al terreno de la fantasía, de los mundos imaginarios, inexistentes, que sólo sirven para distraer al hombre de las dificultades que encuentra en el mundo real. Viene a decir esta filosofía que el cielo no es sino una manera de escapar -temporalmente- del infierno en el que vivimos.

El problema es si esta postura soluciona algo. Ciertamente es equivocado vivir lo sobrenatural desentendiéndose del mundo en que vivimos, ilusionados con el mundo que esperamos. Pero ¿es correcta la postura contraria? Jesucristo muestra que no es humano vivir en mundos enfrentados, que lo propio es conectar ambos mundos. De esa manera lo humano se magnifica y lo divino se humaniza. Tal vez sea éste el mejor servicio que el cristianismo puede hacer al hombre de hoy: abrirle el horizonte y mostrarle que Dios no es amenaza sino plenitud, que no invita a huir sino a comprometerse, que no es ilusión sino futuro. Tal vez la unidad del mundo sólo sea posible cuando los hombres acepten la unidad de los mundos. Creo que fue éste uno de los mensaje que el Papa difunto nos dejó cuando afirmó: ¡Abrid la puertas a Cristo! ¡No tengáis miedo!

Maite at: 02 mayo, 2017 19:19 dijo...

Quien ora con el salmo 22 ha creído la palabra del Señor y ha entrado por la puerta en el aprisco de las ovejas. Ha escuchado su voz que pronuncia su nombre y lo sigue porque la conoce, pues no es la voz de un extraño. Reconoce en Jesús al pastor y guardián de su vida, aunque a lo mejor anduvo descarriado antes de volver a él. Y ahora está dispuesto incluso a sufrir obrando el bien, ya que se sabe curado por las heridas del que, cargado con sus pecados, subió al leño. Reconoce en Jesús la puerta por la que entrar y salir y encontrar pastos; y lo distingue de los ladrones porque en él encuentra la vida y en ellos muerte y estrago.

Quien ora con el salmo 22 encuentra en Jesús a quien lo cuida, lo cura y protege, a quien vela por él. Afirma que con él nada le falta, aunque en realidad le puede faltar casi todo, pero nunca la vida verdadera ni el Espíritu del Señor.

Atraviesa en su camino cañadas oscuras y no siempre siente el cayado del Señor que le sosiega, ni su bondad y misericordia que le acompañan, pero confía y cree, porque conoce a su pastor. Y si alguien puede hacer que se recueste en verdes praderas y reparar sus fuerzas en fuentes tranquilas, es él.

Quien ora con el salmo 22 llama a Jesús su Buen Pastor y experimenta el gozo de saber que ambos se conocen en una relación de amor e intimidad que culminará cuando el orante habite en la casa del Señor por años sin término. Pase lo que pase por el camino.

juan antonio at: 05 mayo, 2017 10:12 dijo...

EL BUEN PASTOR Y SUS OBEJAS
Hoy, como nos dice el autor de la Hoja, la liturgia nos propone a nuestra consideración la parábola/comparación del Buen Pastor, solo en su comienzo.
Y mi reflexión, no va a ser tal sino más bien una oración, por los pastores y por las ovejas.
Señor tus pastores han hecho de su vocación una función, esto es se han funcionarizado, abren la ventanilla a una hora determinada y después de la celebración, sea Eucaristía o de la Palabra, la puerta se va cerrando poco a poco para que esos fieles y nunca mejor dicho, se vayan a su casa.
La atención burocrática tiene sus días y sus horas y yo me pregunto, Señor, dónde está la cura de alma, donde esa atención a los fieles que necesitan sacar fuera sus cansancios y angustias, donde el consejo, donde el tiempo de la reconciliación, porque la casa aunque sea polvo, se va llenando y llega un momento que necesita más que esas limpiezas que antes se decía de sábado.
Señor, renueva en ellos la ilusión del día de su ordenación, la alegría del pastoreo entre sus fieles, sé que son pocos, pero la fe en su ministerio, la humildad en ser mediadores con los hombres, la alegría, el consuelo, la voz amiga, la compañía, les tiene que mover a la entrega hasta el dolor y contigo lo podemos todo.
Haz, Señor, que los fieles de a pie dejemos las criticas, los favoritismos, las dependencias de mi participación en que el pastor sea más o menos gracioso o entendido, dejémonos llevar porque Tú estás con ellos, con sus debilidades y fragilidades, los tenemos que tener presente cada día en nuestra oración para que Tú le des las fuerzas necesarias para desarrollar su vocación y debemos poner nuestro granito de arena, no la pasividad de una Eucaristía dominical, sino implicación en la distintas pastorales que lleven adelante y seamos comprometidos y responsables, pues todos tenemos nuestro ministerio dentro del Pueblo de Dios, no están excluido nadie, nos excluimos porque es más cómodo, acallamos nuestra conciencia con la miseria de las colectas y punto, en lugar de estar simplemente participando en un aspecto de la pastoral parroquial, sea salud, catequesis, consejos parroquiales, grupo de lecturas y liturgia, caritas con todos sus aspecto de recibir, acompañar, orientar, y no pongamos la edad o los achaques como excusas porque eso no es cristiano.
El salmo de esta semana debe de ser nuestra oración diaria por nuestros pastores, la hermosura de su contenido es inmensa y el fondo de nuestro actuar con ellos se refleja en sus versos.
Virgen Santa María, Madre de los Apóstoles, ruega por nuestros Pastores y haz que en mi poca o mucha participación, sea Apóstol en mi entorno, AMEN ¡Aleluya!