PENTECOSTES-C

domingo, 29 de mayo de 2022
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3 comentarios:

Paco Echevarría at: 29 mayo, 2022 12:13 dijo...

UNIR LO DIFERENTE (Jn 20,19-23)

Asistimos hoy en el mundo a un fenómeno que, sin ser nuevo en la historia, siempre provoca convulsiones e inquietudes. Me refiero al fenómeno de la emigración que hoy va desde los países del tercer mundo hacia los del primer mundo. Los hombres dejan su casa –su cultura, su lengua, su ambiente...– y se aventuran en una casa extraña buscando una vida mejor. Vienen a nuestro mundo y, en muchos casos, suscitan no poca desconfianza y miedo. Y, sin embargo, el intercambio que necesariamente conlleva el movimiento de los pueblos es una oportunidad de enriquecimiento mutuo que a todos nos puede beneficiar. Para los creyentes, la fiesta de Pentecostés es una oportunidad de reflexión y clarificación de esta experiencia cada día más cercana.

Dice la Biblia que la desunión de los hombres y la falta de entendimiento entre ellos tiene su origen en el orgullo. Babel es el símbolo de la ridícula y absurda pretensión de escalar el mundo de los dieses para ser uno de ellos. Hay en ello un rechazo de la propia condición y –ya se sabe–, cuando el ser humano rechaza lo que es, termina rechazando a los que no son como él quiere ser. El pretexto puede ser múltiple: la propia cultura, el propio idioma, la propia visión política, la propia religión, la propia raza... Cuando se absolutiza un elemento, aparece la discriminación, el racismo, la intolerancia, la división, las luchas y las rivalidades.

Frente a Babel, Pentecostés representa la convergencia de lo diferente en un respeto profundo a la identidad de cada uno. No dice el texto sagrado que todos hablaran una sola lengua –sería uniformidad y masificación, la tentación de todos los absolutismos–, sino que cada uno oía el mensaje en su propia lengua. Conservan las propias características, pero poseen un ideal común. El Espíritu es el que hace posible el milagro. El Espíritu reúne lo que la soberbia separa.

Viene todo esto a decirnos que no hay que temer las diferencias o la diversidad ni ver con recelo el pluralismo en cualquiera de los sectores de la vida y de la sociedad. La unidad no puede hacerse sobre la base de sacrificar las diferencias porque eso significa destruir identidades. La unidad tiene que se juntar lo diferente para construir una grandeza que beneficie a todos.

En el orden político y en el orden eclesial será el Espíritu el que haga posible el prodigio de la unidad. Pienso ahora en nacionalistas y antinacionalistas, en progresistas y en tradicionalistas, en derechas e izquierdas... Sólo se construirá un mundo nuevo cuando unos y otros comprendan que se necesitan mutuamente y que el verdadero enemigo es el odio y la ira porque son ellos los que nos destruyen. Quien piensa distinto, siente distinto o vide distinto no es mi enemigo, sino mi complemento. En el coro de la vida podemos interpretar distintas voces, pero una misma canción. En ello está la belleza de la música y de la vida.

PACO ECHEVARRIA.

juan antonio at: 31 mayo, 2022 13:55 dijo...


Hoy celebramos la venida del Espíritu prometido por Jesús, el que nos da fuerza para ser sus testigos, el que nos llena de Dios, el que nos infunde la Vida, al que le pedimos Vida y que habite en nosotros, para que, como seguidores de Jesús, podamos vivir, en nuestro día a día, su Evangelio.

Es la conclusión del tiempo Pascual, tiempo Pascual que se inicia con la pasión-muerte-resurrección y la venida sobre nosotros de la fuerza de Dios para transformarnos, como transformó a aquella primitiva comunidad.

No seamos como aquellos seguidores de Corinto – como leemos el lunes 29- a los que Pablo preguntó si habían recibido el Espíritu Santo y le contestaron

“” Ni siquiera hemos oído hablar del Espíritu Santo””

Por ello debemos preguntarnos qué es para nosotros el Espíritu Santo?

En este mundo que nos ha tocado vivir, donde la idea de Dios está desapareciendo de la sociedad que compartimos, donde el concepto de persona nada tiene que ver con los valores del Evangelio, donde lo espiritual queda lejos de la convivencia humana, donde impera el individualismo que nos aleja de los demás, donde el egoísmo nos hace mirarnos sin vivir los problemas de nadie, en este mundo invoco al Espíritu para que,

VENGA A ALEGRAR NUESTRO MUNDO TAN SOMBRÍO.
---Ayúdanos a imaginarlo mejor y mas humano: que nos miremos como como persona y nos demos el respeto que todos merecemos.
---Ábrenos a un futuro mas fraterno, limpio y solidario: para que dejemos a nuestros hijos y nietos un mundo mejor ansiado desde siempre para la generación futura, basado en ese sueño de Dios que es la solidaridad humana.
---Enséñanos a pensar lo todavía no pensado y construir lo todavía no trabajado: con una creatividad viva y dando a cada hermano lo que pide su dignidad, repartiendo lo que de evangelio llevamos en nuestra vida en el entorno en que vivimos, teniendo valor porque el mundo no nos vencerá -evangelio lunes 29- en definitiva siendo hijos del Padre y construyendo su Reino.
---Entra hasta el fondo de nuestras almas: y te sintamos cómo nos guía por nuestra vida, como nos lleva al Padre, haciéndonos comprender lo que nos dijo el Hijo y de esa manera repartamos la alegría de Dios en todos.
----Mira el vacío del hombre, si tu le faltas por dentro: es cuando sentimos la soledad de la vida porque estamos sin Vida, es el silencio del alma porque no te sientes ni te vives, es la lejanía de Dios, esencia de la humanidad, llenanos de tu fuerza para vivir la Vida en plenitud.
---Mira el poder del pecado cuando Tu no envías tu aliento: sin la fuerza de Dios, su Espíritu, el hombre, la humanidad se queda al pairo de su debilidad, de la fragilidad que tenemos en nuestra constitución, no superamos la carne y no vivimos lo espiritual que también tenemos y de ahí el pecado, pecado con el que contradecimos a Dios lo entristecemos y nos hacemos daños y hacemos daños a nuestros hermanos.

Ven Espíritu Santo y renueva la faz de la tierra
Ven Espíritu Santo y llena de Vida a la humanidad en su lucha de cada día
Ven Espíritu Santo y no nos deje caer en el mal
Ven Espíritu Santo y bendigamos al Señor Jesús

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, enseñanos a recibir los dones del Espíritu, a hacer realidad sus frutos y a ponernos en sus manos hasta alcanzar la Plenitud de la Vida, ¿AMEN! ¿ALELUYA!

Maite at: 31 mayo, 2022 16:17 dijo...

Habitamos en un mundo tan dominado por la violencia y el consumismo más feroz que la fiesta de Pentecostés se convierte en todo un referente, un auténtico proyecto de vida. Es como la flecha que marca la dirección correcta a seguir, el marco en el que integrar nuestras relaciones con los demás y con el mundo que nos rodea; con nosotros mismos. El Espíritu Santo dibuja y perfila los rasgos de Jesús y el Padre en nosotros; nos hace cristianos, hijos y hermanos.

Nos hace valientes para dar testimonio; un testimonio creíble e inteligible en todas las culturas y pueblos, que respeta la diversidad y crea, en ella, la unidad entre todos. De tal forma que las maravillas de Dios pueden ser cantadas por todos en todas las lenguas de todos los tiempos y lugares.

Nos hace testigos apasionados del aliento de vida de Dios en todas las criaturas y en nosotros mismos: en la Madre Tierra y el Hermano Sol, en la hermana luna y las estrellas todas; en todos los seres vivos de cualquier condición, raza, lengua o religión. Lo descubrimos vivo y vivificante en nuestro propio ser, despertando anhelos de plenitud y verdad, de amor y de paz.

Nos hace miembros de un solo cuerpo en el que nuestro carisma, personal e irrenunciable, puesto al servicio de los demás, es tan importante como cualquier otro. Y ahí, precisamente, reside su valor y el nuestro.

Dios no niega a nadie su Espíritu, el gran don del Resucitado. Acogerlo y dejarnos guiar y mover por él, sí está en nuestra mano.