DOM15-C

sábado, 2 de julio de 2022
DESCARGAR

4 comentarios:

Paco Echevarría at: 02 julio, 2022 09:00 dijo...

ANTE EL PRÓJIMO CAÍDO (Lc 10,25-37)

Es frecuente que san Lucas ponga como ejemplo a personas ajenas al mundo judío. La parábola del buen samaritano es un ejemplo de ello. La ocasión es el examen al que someten a Jesús para comprobar la ortodoxia de su doctrina. El contexto es que, para el mundo judío, el concepto de prójimo era muy restringido. Estaba escrito que hay que amar al prójimo, pero no estaba claro quién es verdaderamente prójimo. Los pecadores, los paganos, los que desconocían la ley no eran considerados tales por los rabinos de la época.

La parábola del samaritano solidario explica el pensamiento de Jesús en términos muy precisos a la vez que da la vuelta a la cuestión: El rabino le pregunta ¿quién es mi prójimo? Y Jesús, tras la parábola, pregunta ¿quién se comportó como prójimo del herido? Es decir: ¿quién atendió la necesidad de aquel hombre? Porque el problema no es quién está cerca de mí, sino al lado de quién estoy yo. Eres prójimo del todo el que necesita tu ayuda. Por eso el evangelista dice un hombre –no un judío o un gentil– bajaba de Jerusalén. Lo que constituye a un hombre en prójimo de otro es la conciencia del otro y el conocimiento de su problema. No se puede encerrar la proximidad entre las vallas de la raza, del sexo, del grupo social, político o religioso, de la nación o cualquier otro prejuicio. Soy prójimo de todo ser humano –de cada ser humano– que me necesita.

El sacerdote y el levita –dos personajes vinculados a la religión– dieron un rodeo, se alejaron, para no tocar a un moribundo que, según las normas establecidas, era alguien impuro. Para ellos era más importante la observancia de las normas que la necesidad ajena. Era un sistema religioso que tergiversaba el sentido profundo de una religión que, en sus orígenes, había sido profundamente solidaria. El samaritano, por el contrario, muestra no ser un hombre muy religioso –habría hecho lo mismo que los anteriores–, pero aparece como un ser humano, es decir, con sentimientos humanos. Por eso no pasa de largo.

La parábola de Jesús es de gran actualidad hoy día y se muestra como un juicio de condenación para unos y de justificación para otros. Porque ocurre que vivimos en la aldea global, es decir, en un mundo en el que las distancias son nulas debido a los medios de comunicación y transporte. Esto, que podría significar espíritu abierto, a muchos les lleva a encerrarse en su mundo para defenderse de influencias extrañas. De ahí el auge de los nacionalismos y de los fundamentalismos. Hay quienes se pasan al extremo contrario y menosprecian lo propio seducidos por la fragancia de lo extraño. Entre ambos extremos están los que comprenden el carácter relativo de su modo de entender la vida y las cosas y se hacen permeables a otras culturas y pensamien¬to, sin por ello perder su identidad.


La parábola del buen samaritano –que primero se ocupa del herido y luego continúa con sus asuntos– es una propuesta de equilibrio para nuestro mundo. Ni asaltar al otro, ni ignorarlo, sino acercarse a él porque en el encuentro está el enriquecimiento mutuo.

Maite at: 05 julio, 2022 17:37 dijo...

Hace unos cuantos años mi hermano se disponía a celebrar su boda. Faltaba solo una semana y, mientras su novia acudía a su despedida de soltera con la familia, decidió salir la misma noche a dar una vuelta por el casco viejo de la ciudad. Al pasar por delante de un bar, un menor salió y le agredió con un cuchillo en el vientre. Después se dio a la fuga. Mi hermano intentó seguir caminando para pedir auxilio, pero sangraba copiosamente y le faltaron las fuerzas. Se sentó a la puerta de otro bar mientras pasaba sus manos, ensangrentadas, por su cara y su ropa. Llegó a oír cómo el dueño gritaba desde adentro: “No entréis ese fiambre aquí”. Alguien había avisado a una ambulancia y, mientras llegaba, una prostituta de la zona se sentó junto a él y le daba ánimos diciéndole que pronto llegarían a por él.

A lo mejor, si Jesús respondiera hoy a la pregunta por el prójimo, el buen samaritano sería esa mujer, o alguien del colectivo LGTBI+, o algún migrante de los que logran saltar la valla de Melilla. Y muy probablemente, los que pasan de largo seguiríamos siendo los piadosos, los más religiosos y devotos de los alrededores.

A Jesús no le interesa tanto quién es el prójimo cuanto quién se hace prójimo de los demás. Y este no suele ser precisamente quien ve en el otro a Jesús, sino el que ve en el caído o herido, en el derrotado o hundido, a un ser humano. Se hace prójimo del otro quien destila humanidad por todos sus poros. Y eso, a Jesús, le vale, porque ese, aun sin saberlo, es un hijo de Dios.

juan antonio at: 06 julio, 2022 09:28 dijo...


El Evangelio de esta semana es, podíamos decir, una de las perlas del evangelista Lucas, como tantas otras, así la del capitulo 15, la oveja, la moneda y el Padre Bueno.

Hoy es la parábola conocidísima y me atrevo a decir, más que conocida,manoseada, parábola del buen samaritano.

El final de la primera lectura nos dice que
“”el mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo”

Alguien dijo que los mandamientos no son imposición ni obligación, son respuestas de amor de nuestro corazón y ahí tenemos que buscar la raíz de las enseñanzas del texto evangélico de este domingo: en nuestro corazón.

En el corazón está el amor a Dios y al prójimo, de lo que abunde nuestro corazón hablará nuestra boca, de lo que abunde nuestro corazón saldrá la compasión, de lo que abunde nuestro corazón saldrá la Vida para mi, para nosotros y para todos.

El amor tiene una vocación de expandirse, de llegar a todos, de ser consuelo de todos, de ser pura compasión -padecer con- -estar con- -ponerse a disposición de- -entregarse a...-, el Amor es el Amor, Dios.

“Que tengo que hacer para salvarme”, amar, el que ama se salva, el que ama, sabe darse, perderse por el otro y con el otro en Dios.

Pero, y siempre los hombres/mujeres, ponemos pero y más pero: está muy bien lo de Dios, pero ¿y mi prójimo?

Pues tu prójimo no es quien está a tu lado SINO AQUEL A CUYO LADO TE PONES TÚ, aquel a quien te ofrece, aquel a quien ayudas, aquel que vistes, alimentas, visitas, acoges que…..., nos suena ese llamado juicio de las naciones que S. Juan de la Cruz lo tradujo en que “al atardecer de la vida, nos examinarán del amor”?, lo demás suena a zarandajas, lo demás es remedo y así lo entiende el autor de la hoja: ver, sentir y actuar: el amor no es puro empirismo, es algo muy concreto, tan concreto, tan concreto que Jesús lo plasmó en una Cruz y yo, nosotros?

No hay otra, los pecadores y …… nos llevarán la delantera en todo, porque ellos saben lo que es recibir compasión y por ello saben dar compasión, los que vamos de rutina por la vida, nos quedamos como agua que resbala por el cristal, pasamos y pasamos, sí, en la Iglesia, pero qué interés mostramos por ese maloliente pordiosero que está a las puertas del templo, nos interesamos por sus problemas, qué interés mostramos cuando nos piden de…….., decimos que está Caritas, que hay una Cruz Roja, que hay tales y tales centros….. pero ¿le hemos hablado, le hemos informado, nos hemos acercado? O hemos dado un rodeo

¿Cuál de los tres se hizo prójimo del que cayó en manos de los bandidos?

“”El que practicó la misericordia con él””
“”Anda y haz tu lo mismo”

Veo, siento, actúo o me quedo en la comodidad de mi religión, de mi pobre y raquítico cristianismo? (seguirá)

juan antonio at: 06 julio, 2022 09:31 dijo...

Siempre hay una esperanza, siempre hay un perdón y un nuevo empezar para todos, levantemos nuestra cabeza y nuestras manos y recemos con el salmista

“Humildes, buscad al Señor y revivirá vuestro, nuestro, corazón”

La humildad, entiendo, que es una de las virtudes mas mal entendida, no es esconder nuestros talentos, como el de la parábola, sino la humildad es la verdad, vivir en la verdad y si valgo para esto y no lo hago, cometo pecado contra los hermanos y disgusto al Padre Bueno, no dando frutos con los dones recibidos.

Miremos a Cristo, imagen del Dios invisible, como nos dice S. Pablo y en el cruce de nuestras miradas, presentemos nuestras miserias y nuestras valías y hagámonos prójimo de todos los que nos esperan en su dolor, soledad, enfermedad,necesidades…..

Quisiera terminar con la frase que empecé, pero esta vez poniendo un texto de una profesora de mi pueblo – Bonares- que escribió en los días últimos de su enfermedad, se llamaba Manoli y dice así:

“”Dios no está fuera de nosotros, Dios no es exterior ni nos mira desde arriba como juez. Dios está en nuestro interior. Si desde pequeño nos inculcaran esta concepción de Dios, todo sería más cercano, más directa la vivencia y la relación. Nos enamoraríamos de Él, de su mensaje y su ejemplo sería una constante.
Hoy no puedo solo decir Padre nuestro que estas en el Cielo, sino en mi ser y en mi corazón""
GRATITUD, editado por la Diputación Provincial.

Santa María, madre de Dios y Madre nuestra, enseñamos a decir ¡AMEN!