CUARESMA-01-A

sábado, 18 de febrero de 2023
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5 comentarios:

Paco Echevarría at: 18 febrero, 2023 11:04 dijo...


PARA SER TENTADO

Tras el bautismo y ya presentado como mesías, Jesús tiene que afrontar la tentación. El evangelista no dice que sufrió la tentación sin más, sino que fue llevado al desierto -lugar tradicional de la prueba y el cambio interior- para ser tentado por el diablo. Es, por tanto, una prueba por la que tiene que pasar necesariamente. La pregunta es: ¿por qué? ¿qué necesidad había de ello? Evidentemente la experiencia de Jesús no tiene como objetivo comprobar su nivel moral. Más bien parece un recurso para mostrar al lector la solidez de su espíritu y la clara conciencia que tenía de su misión. Jesús sufrió la tentación para indicar, con su fidelidad, el camino de la vida en contraposición con Israel que, sometido a la misma prueba, sucumbió.

Pero de poco nos vale semejante ejemplo si antes no nos aclaramos sobre el significado de la tentación en sí misma. Para ello es necesario, ante todo, tener en cuenta que la tentación no es un medio utilizado por Dios para conocer lo que hay en el interior del corazón humano -“Tu escrutas los corazones” (Sal 7,10)-, sino que, al contrario, es un servicio divino por el que Dios nos enfrenta a nuestra propia verdad. No somos tentados para que Dios nos conozca, sino para que podamos conocernos a nosotros mismos. No vamos al médico para que sepa lo que tenemos, sino para que -con diversas pruebas- nos ayude a ver cómo estamos.

La tentación -como la crisis- es condición indispensable del crecimiento, porque ayuda al conocimiento de sí mismo, pone de relieve las debilidades, permite formular metas, baja los humos de la vanidad y humaniza a quien la sufre. Cuando en el Padrenuestro pedimos, no decimos “líbranos de la tentación” como cabría esperar, sino “no nos dejes sucumbir en la tentación”. La tentación -como el dolor- es una buena herramienta porque con ella se avanza rápido en el camino interior.

Vistas así las cosas, las tentaciones de Jesús nos parecen tres advertencias a sus seguidores: no se deben convertir las piedras -la dureza- de la vida en panes gratos al paladar, sino que es mucho más importante conocer la palabra -la voluntad- de Dios; no es bueno tentar a Dios asumiendo -imprudentemente- riesgos innecesarios, que Dios no está para corregir nuestras insensateces y, actuar de esa manera, no es confiar más en él, sino tomarlo de lazarillo; y -sobre todo- no hay que sucumbir ante los poderes de este mundo. Sólo Dios es dios. Lo que pasa de ahí es idolatría.

Añade Mateo que, superada la tentación, el diablo se retiró y entraron en escena los ángeles. Quien ha resistido la noche sin sucumbir, gozará de las alegrías del día. Jamás seremos tentados por encima de nuestras fuerzas: Dios quiere que vivamos.

Paco Pérez at: 23 febrero, 2023 18:32 dijo...

LEY Y TENTACIONES
El bien, el mal, la tentación, la desobediencia y sus consecuencias nos afectan cuando incumplimos la Ley al no rechazar los susurros del diablo. Interpretarla bien y cumplirla es nuestro deber.
Adán y Eva, actuando con libertad, no la respetaron y sufrieron la esclavitud de la muerte, la enfermedad, el trabajo, la avaricia... Nosotros también, cuando recibimos las “tentaciones” y no las rechazamos.
Jesús también fue tentado pero las rechazó. Si el diablo se atrevió con Él… ¡Cómo no va a intentarlo con nosotros!
Sabemos que Jesús estuvo ayunando en el desierto, se encontraba débil y el maligno aprovechó esa situación para probarlo, Él venció pero nosotros caemos.
El pueblo de Dios, guiado por Moisés, caminó por el desierto y sufrieron los rigores del frío, el calor, el hambre, las enfermedades, las dudas espirituales, el retorno a la idolatría… A pesar de ello, el Señor les ayudó pero las pruebas que recibieron no fueron rechazadas por todos y los castigó.
Somos probados cuando se nos impone un modelo de convivencia social por la fuerza de unas leyes que degradan la moral cristiana en beneficio de unos principios equivocados que chocan con la propuesta que Dios regaló a todos en el Sinaí. Estas acciones son, para mí, “tentaciones” que hacen caer a muchos en los nuevos modelos de idolatría al garantizarles la impunidad humana mediante el empleo de la injusticia y la mentira pues les blanquean el delito con la despenalización “a medida”. Así están logrando que la “familia tradicional”, la que enseñaba los buenos valores, haya dejado de ejercer su cometido, el gran objetivo de sus promotores.
Las consecuencias ya las estamos sufriendo, se penaliza el maltrato a la flora y la fauna, algo digno de elogio pues forma parte de la obra creadora de Dios pero… ¿Por qué se despenaliza el acto del aborto que mata a personas inocentes que también pertenecen a la Creación?
Sus autores han sucumbido a la prueba de alcanzar el poder terrenal, se han creído dioses y no han tenido escrúpulos de ofrecerle al diablo lo que les ha pedido… ¡Decidir sobre la VIDA y la MUERTE, acción que sólo corresponde a Dios!
Pablo enseñó que por el pecado de una persona fuimos pecadores, desde Eva hasta Moisés, pero, como la Ley aún no había sido entregada, sus errores no los tuvo en cuenta Dios. Lo que sí continuó vigente fue la MUERTE que habíamos heredado de ellos. Una vez que Moisés recibió la Ley ya sí respondían de sus errores.
Con la “Muerte y Resurrección” de Jesús cambió la relación hombre-Dios… ¿En qué consistió ese cambio?
Favoreciendo a las personas con un efecto contrario: La desobediencia de uno fue condenatoria pero la obediencia de Jesús fue salvadora.
Debemos iniciar la Cuaresma reflexionando y aceptando que cedemos ante la “prueba” al comprar cosas innecesarias, buscando el poder para servirnos de él y no para ayudar a los desfavorecidos, difundiendo la intimidad de las personas porque tenemos libertad de expresión… Jesús también vivió la suya y nos enseña que ayunó, oró, tuvo tentaciones, rechazo las cosas materiales, luchó por la justicia… Los cristianos debemos elegir entre esos valores y los que oferta la sociedad que no cree. Si hemos cometido errores deberemos considerar que la Cuaresma es el tiempo idóneo para cambiar y después no olvidarnos el resto del año de Dios y el prójimo pues la praxis cristiana no debe interrumpirse cuando acaba.

juan antonio at: 23 febrero, 2023 20:08 dijo...

Hemos entrado en el periodo de Cuaresma, tiempo de preparación, revisión y cambio en nuestras vidas, una ascesis cuaresmal, como nos dice el Papa, que implica un compromiso en ese orden.

El Miércoles de Ceniza, se nos presentó las tres actitudes para llevar a cabo nuestra cuaresma: la oración, el ayuno y la limosna: el contacto con Dios, dejar las muchas cosas que nos sobran y ser generosos con los hermanos.

Este Domingo, la liturgia nos ofrece en la versión de Mateo, las tentaciones de Jesús en el desierto:

“”Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo””.

Se nos presenta con Jesús a la humanidad sufriente ante el mal, Jesús el Hombre Dios, el que se hizo carne de nuestra carne y fue uno de tantos, se enfrenta al mal en tres tentaciones y como nos dice la hoja en el último inciso de la primera pregunta, “”la única respuesta solo la puede dar uno mismo””, cosa que hizo Jesús y respondió con los deberes de un buen israelita, como manda el Deuteronomio, de cuyo libro están tomadas las respuestas al diablo:

La primera tentación, la del poder para tener y salir de la situación de hambre, podíamos decir acumular, tener, llenar mis graneros, Dt. 8,3: no solo de pan…..
La segunda, la de la gloria, la espectacularidad, la del triunfalismo, “No tentarás al Señor tu Dios” Dt 6,16.
La tercera, la del poder y dominio del mundo, si le adoras… “Al Señor, tu Dios, adorarás y darás culto, Dt. 6,13.

Esta es la enseñanza que nos trae el evangelio de esta semana, pues tentaciones la tenemos todos y tentaciones como las de Jesús cualquiera: solventar el hambre con mi poder, ser reconocido, admirado, mimado…., la del poder, la influencia, la del ser más y más que los otros que ni merecen….., todas…. están a la orden del día en nuestro vivir y tenemos que superarlas con nuestra respuesta personal y que no tiene otra fuente, como nos dice el Papa, que la escucha de la Palabra y siendo humilde, sin acontecimientos extraordinarios, lo sencillo y pequeño de cada día o como

Como nos dice la Hoja, las tentaciones o pruebas a las que se somete Jesús están dirigidas a impedir que Jesús lleve a cabo su obra salvadora y nuestras tentaciones a que seamos como Jesús nos quiere: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”, siendo hijos del Padre y hermanos de los demás hijos, mirando a todos y dándote a todos en todo.

En este tiempo, márchate el desierto, sube al monte, ascesis cuaresmal, recógete, haz un rato más largo de oración, ayuna de muchas cosas que te sobran, y acuérdate de los demás, sé generoso, ya vendrán otras cosas y no te preocupes pues si los pajarillos comen y los lirios se visten de gloria, ¡Cuánto más tú, Hijo de Dios!
Adra y confía, es una oración del padre Teilhard de Chardin, búscala en internet y te llenará de Dios, pues no es más que lanzarse a los brazos de Dios y en ellos ver como ser “perfecto” o al menos como intentar ser perfecto; cree, adora y confía, no te sientas desanimado, reza con el salmo 37(36), poniéndote en las manos de Dios

3Confia en el Señor y haz el bien,
vive en tu tierra y come tranquilo.
4Pon tu alegría en el Señor,
Él hará lo que deseas tu corazón.
5Pon tu porvenir en manos del Señor,
confía en Él y déjalo actuar.

Gracias, Señor, por todo y que mi sonrisa sea sincera, mi mirada limpia y mi mano tendida a Ti, en los demás.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ayúdame a decir ¡AMEN!

Maite at: 24 febrero, 2023 22:34 dijo...

El episodio de las tentaciones/pruebas, como tan bien nos dice la hojilla, de Jesús nos recuerda que no solo las sufrió en aquel momento concreto, sino durante toda su vida. Nunca se podrá ponderar lo suficiente hasta qué punto la prueba no aparece como algo malo, al menos no de una manera directa, sino como algo bueno, incluso justo y necesario. Así se ve también en la primera lectura, cuando son tentados Adán y Eva que, en su ingenuidad, creen que la serpiente está ayudándoles a abrir los ojos.

En su honda y profunda humanidad, y esto es lo más hermoso, también Jesús ha de escoger quién quiere ser y qué camino quiere seguir; qué vida quiere vivir en adelante y para qué o quién.

Pero ha experimentado ya la fascinación por el Padre, se sabe el Hijo Amado, y se deja guiar dócilmente por el Espíritu. Por eso sale victorioso de la prueba y elige su camino: pasar haciendo el bien, siendo el último, el servidor de todos. Toda su existencia será por y para los demás. Amará hasta el extremo. Y llegará hasta donde eso le lleve.

Lucía at: 26 febrero, 2023 08:28 dijo...

En el Evangelio de este domingo parece que no hay milagros. Tampoco en el momento de escribir estas palabras, desde la tristeza, al poco tiempo de despedir a una vida tan pequeña y tan corta, tan maravillosa en su fragilidad. Hoy tampoco ha sucedido nada inexplicable, nada que sobrepase mi inteligencia o razón. Las piedras no se han convertido en pan, ni ese pequeño corazón pudo seguir latiendo.
Pero me calman las palabras de San Pablo a los Romanos ...“por la obediencia de uno sólo, todos recibirán la salvación.” Hay vidas que ya están salvadas desde antes de nacer.
Ante eso y a los demás, ¿qué nos queda por hacer? Quizás nuestra mayor tentación sea no hacer nada, vivir como si todo estuviera ganado, sin esforzarnos en el amor. Pero está escrito… si no cambiamos y nos hacemos como niños, no entraremos en el reino de los cielos.
Quizás el verdadero milagro sea la vida misma, la de esta pequeña que existió y que ha tocado tantos corazones, y que ya está en los brazos del Padre disfrutando de toda la felicidad del reino. Esa es nuestra esperanza. Mientras tanto, que todo lo que hagamos hable de Tí, como está escrito...