DOMINGO 19-B

domingo, 5 de agosto de 2012
12 AGOSTO 2012
DOMINGO 19-B

JUAN 6,24-35. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no pasará sed.


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4 comentarios:

Paco Echevarría at: 05 agosto, 2012 12:34 dijo...

UN DIOS DE CARNE Y HUESO (Jn 6,41-52)

Seguimos pendientes del diálogo sobre el pan de vida. Jesús había dicho que sólo el pan que baja del cielo da vida eterna, aludiendo al Espíritu que se comunica continuamente al hombre, cuando ÉSTE abre su vida y su corazón a la fe. Los judíos, por su parte, plantean el problema del origen de Jesús: "¿Cómo puede decir que viene del cielo si sabemos quiénes son sus padres?". Es la pregunta de la incredulidad: ¿Cómo puede un hombre tener un origen divino? Habían entendido perfectamente lo dicho por Jesús: que Dios se estaba mostrando a modo humano, revestido de humanidad. Fue el misterio de la encarnación lo que escandalizó a aquellos hombres. No podían aceptar que se hubieran roto las barreras entre lo divino y lo humano. Los judíos querían cada cosa en su sitio: Dios en el cielo y el hombre en la tierra. Nada de mescolanzas ni familiarida¬des. Jesús de Nazaret rompió ese esquema porque se empieza poniendo a Dios en su sitio y se termina poniendo a cada persona en el lugar que creemos que debe ocupar. Así es como surgen la discriminación, la marginación y la idolatría de las diferencias.

San Pablo escribe a los gálatas que, en la plenitud de los tiempos, Dios envió a su hijo, nacido de mujer. El hijo de una mujer es el hijo de Dios. Jesucristo es para los cristianos aquel en quien se realiza plenamente la reconciliación entre Dios y los hombres, de tal manera que -en adelante- sólo será posible llegar a Dios a través del hombre y al hombre a través de Dios. Dentro de esta lógica tiene sentido que luego diga: "Lo que hagáis a uno de mis hermanos menores me lo hacéis a mí".

No resulta fácil, ni siquiera a los seguidores de Jesús de Nazaret, aceptar que el encuentro con Dios sólo sea posible en el encuentro con el otro. Eso explica el agnosticismo -la versión laica de la postura farisea-, que no es sino la separación absoluta de los dos mundos; el ateísmo, que niega el mundo sobrenatural; y el espiritualismo, que menosprecia el mundo material. La historia enseña, sin embargo, que cuando se niega a Dios, se termina negando al hombre; y cuando se niega al hombre, se termina negando a Dios. Jesús de Nazaret representa la unidad de ambos mundos: todo él es hombre y todo él es Dios. Sólo quien come su carne -sólo quien acepta el misterio que él representa- alcanza la vida definitiva.


La fe en la encarnación tiene profundas implicaciones existenciales ya que cambia completamente el modo de vivir y de sentir la vida. Porque es cierto que la vida cambia cuando uno deja de fijarse en lo que el otro hace para centrarse en lo que el otro es: en su humanidad -que es tanto como decir en sus limitaciones y miserias- es Dios que nos sale al encuentro. Quien ve al Hijo de Dios en Jesús de Nazaret -quien ve al hijo de Dios en sus semejantes- ha conocido la vida verdadera y no podrá seguir siendo el mismo porque, cada vez que dé a alguien la mano, sabrá que está tocando el misterio.
Francisco Echevarría

Maite at: 08 agosto, 2012 20:24 dijo...

En el evangelio de Juan encontramos algunas de las reacciones más duras ante las palabras de Jesús, palabras difíciles de comprender para cualquier judío de la época. Esas reacciones, sin embargo, están llenas de envidia, desprecio y juicio precipitado. Nacen del rencor y el resentimiento, y escupen veneno.

Los judíos que rechazan y condenan a Jesús creen conocerle bien porque saben quienes son su padre y su madre. Creen saber de donde viene y tener el derecho de controlar adonde va. Por eso no pueden creer en Él ni aceptar sus palabras ni abrirse a ellas.

También nosotros desconfiamos de los nuestros, de quienes creemos saberlo todo. Por eso cuando Dios suscita profetas entre nosotros encontramos tantas dificultades para reconocerlos como enviados suyos y aceptar su palabra que sacude nuestras conciencias. Por eso se ofusca nuestro corazón y los condenamos. Sabemos quienes son y de donde vienen. Desconocemos su relación con Dios y la sabiduría que Él les regala. No podemos ver más allá de todo lo que creemos tener tan claro.

Jesús remite siempre al Padre, pues siempre vive y actúa de cara a Él. Y se mantiene firme en sus palabras a pesar de conocer bien las consecuencias que le traen. Insiste en hablar de un pan de vida, Él, que hace que quien coma de él no muera. Solo Jesús puede darse así: hacer de su carne un alimento de vida eterna. Un alimento que supera a aquel que recibió Elías y le permitió caminar cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios.

A nosotros, hoy, se nos dirige la palabra y la enseñanza de Jesús en forma de invitación:

Gustad y ved qué bueno es el Señor

J.A. at: 11 agosto, 2012 12:43 dijo...

La Palabra de Dios en este Domingo es de una riqueza tal que nos llenaría largo tiempo de nuestra oración, de nuestra vida en la fe.
Enpieza con la fe de Elias, a pesar de la persecución, persecución que hoy tenemos, ciuenta e incruenta y ésta muy cerca de cada uno, de forma sutil y sinuosa, nos ahoga con la permisividad, nada es malo, rtodo vale, esto es, con una moral a la carta lejos de toda objetividad.
Como contrapunto a lo anterior, S. Pablo nos trae ese estilo de vida para no entristecer al Espiritu Santo, para no romper nuestra relación con Dios.
Relación que nos trae Jesús, hecho alimento, hecho Pan de Vida, hecho Amor por nostros en la Eucaristia, en las que a veces o muchas veces participamos como simples huchas, que reciben el Cuerpo y Sancgre de Cristo rutinariamente, sin mayor profundidad de vida y compromiso, cuando cristo viene a decirnos, al ser nuevamente recriminado, que Él es el Pan de Vida, Vida para siempre, su Vida.

Frapelo at: 11 agosto, 2012 16:14 dijo...

Acabé la lectura de la Biblia. No puedo describir la emoción que sentí. Di gracias a Dios por regalarme las dichas de cumplir con esa ilusión y, sobre todo, por tener ahora una visión más clara de ÉL.
¿Por qué os traigo esta simpleza?
Se plantean esta semana muchos temas interesantes y otras tantas explicaciones. Yo también deseo aportar algo que llevo comunicando en mi entorno desde hace tiempo y que al leerla me ha permitido reafirmarme en esos planteamientos.
Para poder ser de algo hay que conocer a ese algo. Nos casamos con la persona que conocemos y nunca con desconocidos. Empezamos relacionándonos y, cuando de ese roce obtenemos un conocimiento profundo del otro ser, un tiempo después acabamos amándolo.
¿Cómo vamos a amar a Dios si la inmensa mayoría de quienes decimos ser cristianos no hemos leído la BIBLIA y, consecuentemente, no lo podemos conocer?
Si una vez leída cumplir con el PLAN de Dios para el HOMBRE es complicado, mucho más lo es cuando nos limitamos a cumplir con esa religión cargada de costumbres y tradiciones que nos han enseñado y siguen enseñando (algunos responsables).
¿Por qué hemos llegado hasta aquí?
Algunos pastores, dicen, no la han leído o, si lo hicieron, no les interesa plantear una comunidad parroquial alumbrada por el “Amor a Dios” y encaminada a ayudar al “PRÓJIMO”.
De hacerlo así el sacrificio sería enorme, las plazas estarían casi vacías y ya no cuadrarían los datos estadísticos que miden, falsamente, la labor del pastor de turno. El enfoque actual llena porque nos permite no comprometernos a nada y con nadie. Una procesión anual, llorar cuando llueve, vestirme con mantilla, cantarle unas saetas, pagar unas cuotas y pedirle con gran fe unos favores. Todo esto nos ocurre porque no nos han enseñado a relacionarnos con un DIOS que no es MANIPULABLE y, de ahí, la imagen deformada que tenemos de Él. El hombre necesita tocar para creer, así se expresó Tomás (ese síndrome también lo tenemos), no conocimos a Jesús y nuestros pastores no nos guían de manera correcta (la mayoría).
La lectura completa de la Biblia me ha regalado una nueva visión de cómo procede Dios. Estamos aquí una miseria de tiempo y Él desde siempre…
¿Comprendía el pueblo de Dios las cosas que le ocurrían? ¿Comprendemos ahora por qué tenemos esta crisis económica? ¿Hechos casuales o estaba todo planificado desde la eternidad por el Padre?
Antes y ahora, Dios tomó y toma nota de nuestras acciones y después de esperar nuestra rectificación de conducta, algunos no viven para comprobar cómo nos juzga (ocurrió y ocurre), nos aplica lo que nos merecemos. Unos hemos gastado más de lo razonable, otros han manipulado indebidamente los hilos del guiñol para sacar suculentos beneficios y la inmensa mayoría se acordó del prójimo para explotarlo y no para ayudarle. Todo esto ha ocurrido porque hemos destruidos los principios básicos de la sociedad sin escandalizarnos, hemos encumbrado hasta el rango de dioses a todo lo que es contrario a la “Ley de Dios” y hemos protestado cuando la curia responsable ha levantado su voz para reconducirnos.
¿No hay similitud con el pasado bíblico relatado en el Antiguo Testamento? Algunos dicen que no es necesario leerlo pero es donde podemos encontrar (si somos ignorantes y humildes) la respuesta a todas estas cuestiones.
Al aplicar Dios la Ley, algunos consideran que han sido tratados por Él de manera injusta pero la realidad es que nunca puede ser CONTRADICTORIO (muchos así lo creen). Sí es JUSTO, porque es un buen CONTABLE que no deja de anotar nuestras acciones en el LIBRO.
Hay quienes quieren destruir a Jesús con historias sobre sus posibles relaciones de pareja. Estos enemigos de Dios dañan a quienes no tienen las ideas claras pero no a quienes sabemos que esa sería la prueba definitiva de que Jesús fue hombre y Dios. No es necesario tener relaciones sexuales para ser hombre pero, de haberlas tenido… ¿Dónde está el escándalo?
En la ignorancia de quienes pretenden destruir al PADRE.