CUARESMA 1º-C

domingo, 10 de febrero de 2013

17 FEBRERO 2013
1º DOM. CUARESMA-C
LUCAS 4, 1-13: El Espíritu lo iba llevando por el desierto y era tentado.


3 comentarios:

Paco Echevarría at: 10 febrero, 2013 16:12 dijo...

LA TENTACIÓN (Lc 4,1-13)

La tradición decía que Israel, en el desierto, había sufrido tres grandes tentaciones: el hambre, la idolatría y la desconfianza en Dios. En los tres casos sucumbió. El Mesías, en el desierto, sufre las mismas tentaciones, pero sale airoso de ellas. Así comienza el tiempo de Cuaresma. Se nos recuerda que la tentación es parte de la vida, que ningún nacido de mujer se libra de ella y que no es humillante la experiencia de sentir la propia debilidad, si bien es importante estar alerta para no dejarse engañar con buenos argumentos -el tentador utiliza incluso la Palabra de Dios para seducir-.

La primera tentación es la de convertir las piedras en pan. La dureza del camino, las necesidades legítimas, la conveniencia puede ser un buen argumento para olvidar que la Palabra de Dios es el primer alimento. Jesús es tentado de ignorar la Palabra -el mensaje que tenía que anunciar- y acomodarla a sus intereses y conveniencia. Sucumbe el hombre a esta tentación cuando sacrifica la verdad para satisfacer intereses personales. Es la tentación de quienes sacrifican la verdad en el altar de la riqueza.

La segunda tentación es un espejismo: se le promete todo el poder mundo. El tentador reconoce que ese poder le ha sido dado y miente cuando afirma que puede disponer de él a su antojo. Engañado y engañando reclama ser tratado como un Dios. Es el espejismo de los poderosos. Sucumbe a esta tentación todo el que gasta su vida en escalar el primer sitio -el que le sitúa por encima de todos los demás-. Es un espejismo estúpido y ya Daniel puso de relieve su inutilidad con la imagen del ídolo con pies de barro. Es la tentación de quienes lo sacrifican todo al dios-poder.

La tercera tentación tiene lugar en el templo. Jesús siente la necesidad de pedir una prueba del favor del Padre. Es la tentación que brota de la desconfianza, de la duda. Israel, en desierto, llegó a preguntarse: ¿Está o no está Dios con nosotros? Es la tentación más peligrosa y afecta de modo especial a los que sacrifican su vida por los demás. La sufren quienes dudan de la eficacia o utilidad de su entrega. Es la tentación de sacrificarlo todo en bien del éxito.

Las tres tentaciones reflejan tres situaciones genuinamente humanas y reflejan tres modos de entender la existencia: el de aquellos que ven en la riqueza el sentido de la vida y no dudan en sacrificar a ella todos los valores; el de quienes lo centran todo en el poder -del tipo que sea- y viven permanentemente en el espejismo de creerse dioses; y el de quienes no soportan la idea de haberse equivocado y viven en la ansiedad de alcanzar el reconocimiento y el éxito. Riqueza, poder y prestigio. El Mesías, guiado por el Espíritu, tenía que soportar la prueba para mostrar el error que supone sucumbir ante el ídolo del poder económico, político o social que, como Saturno, es un dios cruel que termina devorando a sus propios siervos.


Francisco Echevarría

Manolo Martín at: 10 febrero, 2013 16:19 dijo...

"MIRAD QUE SUBIMOS A JERUSALEN"

(Domingo 1º Cuaresma-c)

También nosotros, conducidos por el Espíritu, caminamos en la esperanza de superar las pruebas y dificultades que se presentan, con la fe de alcanzar la tierra prometida, la Pascua, término de la Cuaresma. Proceso de maduración querido por Dios "que quiere que todos los hombres se salven" y que el profeta Oseas lo expresa en términos de seducción: "La llevaré al desierto y allí le hablaré de amor" (2,16-17).

Y la respuesta a esta llamada para superar las pruebas que van a estar siempre en nuestro camino y que implican la ruptura con el pecado, y que se va a manifestar de una forma u otra, en hacer frente a estas tres tentaciones, tendencias o ansias:

• de tener: "esto es mío"; ese no es mi problema; tener más; la seducción de las compras; la búsqueda incesante de prosperidad y seguridad económica.

• de placer: "me gustó"; no me gusta; "me fastidia"; la búsqueda de una Providencia que traiga comodidad; el ahorro del esfuerzo.

• de poder: el deseo de mando; de ser jefe; "que se hagan las cosas a mi modo"; "se hace lo que yo digo"; la ostentación de la autoridad".

Y, después de la reflexión, dejarse iluminar por la Palabra de Dios.

Manolo Martín de Vargas

Juan Antonio at: 18 febrero, 2013 20:49 dijo...

Esta primera semana de Cuaresma vemos las tentaciones de Jesus, que puede parecernos fuera de lugar en Jesús, Hijo de Dios, pero se hizo hombre.
La tentación en sí, podemos decir que no es ni buena ni mala, es lo que es, el espejismo de algo que se nos ofrece como mejor de lo que Dios nos ha dado.
Jesús en su oración, la oración de la confianza, el Padrenuestro, no dijo libranos de la tentación, si no del mal, de la tentación nos enseñó a pedirle al Padre que no cayeramos en la misma, que no aceptaramos su proposicíon.
Jesús fue tentado como nosotros, y al final, que venía a hacer las tres tentaciones de Jesús? Pues era un alejamiento del plan de Dios, del proyecto de Dios, al igual que nos pasa a todo cristiano cuando nos vemos tentado de poder, ambición, lujuria, avarica,desamor, es un alejamiento del proyecto de Dios y por supuesto del Amor de Dios.
Hagamos como los israelitas, ""Clamamos al Señor y el Señor escuchó nuestra voz"
Ahí empieza nuestra Cuaresma,humildemnete reconozcamonos debiles y clamemos al Señor nuestro Dios: recemos, oremos, para que, como decía la Madre teresa, haciendo silencio, tengamos el fruto de la oración, de la oración el fruto de la fe, de la fe el amor y del amor el servicio y de éste la paz.