4º Domingo Pascua - C

miércoles, 18 de abril de 2007
29 Abril 2007

HECHOS: Primer viaje de Pablo: apertura a los gentiles.
APOCALIPSIS: Estos son los que vienen de la gran tribulación.
JUAN: Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna...


Descargar Evangelio del 4º Domingo Pascua - C.

Juan García Muñoz.

1 comentarios:

Anónimo at: 18 abril, 2007 10:37 dijo...

UNA VIDA PARA SIEMPRE (Jn 10,27-30)

El primer enfrentamiento de Jesús con las autoridades tuvo lugar en el templo de Jerusalén, con ocasión de la expulsión de los vendedores. Fue entonces cuando decidieron que tenía que morir. El último ocurrió en el mismo sitio y el motivo fue su condición de Mesías. Los dirigentes le exigen que diga abiertamen¬te si es o no el esperado y que muestre sus credenciales. Jesús les responde que deben sacar la conclusión viendo lo que hace. Su obra en favor de los hombres es la única credencial que puede presentar. Pero ellos no quieren enterarse. Por eso ni le escuchan ni le siguen, sino que intentan apedrearlo.

La fe en Jesucristo implica dos actitudes, una consecuencia y un fundamento. Las actitudes son la escucha y el seguimiento. La fe entra por el oído, es decir, supone prestar atención a la buena noticia del perdón que elimina los miedos y sitúa al hombre en la dinámica del amor y la fraternidad. Pero no es una escucha pasiva, sino profundamente comprometida y, por ello, implica el seguimiento de aquel que ha encarnado esa buena noticia. La fe cristiana no se reduce, por tanto, a la adhesión a un conjunto de verdades, sino que consiste en la adhesión a una persona que se presenta como verdad, camino y vida.

La consecuencia es la vida eterna. El miedo desaparece cuando la muerte deja de ser una amenaza y pasa a ser vista como el trámite necesario para una vida definitiva. El materialismo no entiende que pueda existir algo que no sea materia y, por ello, unos ignoran y otros niegan la realidad sobrenatural o una vida para siempre. Pienso que es como confundir el coche con el movimiento. El sentimiento religioso siempre ha estado vinculado a una vida después de la muerte -otro asunto es el modo de entenderla- y no creo que esta convicción pueda ser menospreciada por no ajustarse a las exigencias del pensamiento científico. ¿Por qué razón sólo va a ser legítimo y aceptable el discurso científico? Si así fuera, tendrían que callar demasiadas voces, precisamente aquellas que dan sentido a la vida como es la del poeta, la del filósofo o la del artista. Tampoco creo que la fe en la vida eterna conduzca -como se ha dicho- a la negación de la vida temporal. Más aún: creo que es al revés, porque sólo quien no teme la muerte es capaz de vivir plenamente la vida.

El fundamento de todo es que quien cree en Cristo y le sigue se une a él y quien se une a él se une al Padre. La fe profesa que el fundamento de la vida y el ser del hombre es la vida y el ser de Dios. Y, si Dios es el fundamento de todo, nada puede representar una amenaza. Por eso la fe en Dios -bien entendida- implica necesariamente el compromiso con el mundo y el riesgo que conlleva.