2Samuel: El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás.
Galatas: Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí.
Lucas: Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor.
Galatas: Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí.
Lucas: Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor.
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Juan García Muñoz.
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Señor Jesús, a casa de Simón viene en tu busca una mujer. Y llega corriendo siguiendo tus pasos. Lleva entre las manos su vida deshecha y un frasco. Y mucha imprudencia, y audacia, y valor, y un corazón roto que destila amor.
¿De qué te conoce, y en Ti, que encontró? Se expone al desprecio, al rechazo, o a algo peor... Y Tú que conoces tan bien su interior dejas que se postre llorando a tus pies, que éste es el lenguaje que ella habla mejor.
Perdone, señora, por todos aquellos que cuando la miran ven sólo a una gran pecadora. Pequeña mujer, llena de coraje, a un gesto de amor lo llaman ultraje. Y no pueden ver ninguna otra cosa; de tanto juzgar su vista quedó miope y borrosa.
Por eso Simón, el mal anfitrión, no supo acoger mejor al Señor, y ahora te ve como a una mujer que afrenta su mesa y apesta su casa, y asesta a la Ley una bofetada.
Señor, Tú sólo conoces cuál es mi pecado, y yo sé muy bien cuánto me has perdonado, ¿crees que esta mujer, si así se lo pido, tendría otro frasco para compartirlo conmigo?
Quisiera ponerme callada a su lado, llorando con ella y amando; y aunque el universo entero estuviera juzgando, a mí qué me importa, Tú estás perdonando.
- Tomás, tengo una cosa que decirte.
- Maestro, di.
- Sólo las lágrimas serán contadas. Sólo podrás amar si descubres que has sido antes amado, portado y soportado con paciencia durante meses, durante años, cuidado, animado y perdonado.
Cuando tu corazón descubra cuánta ternura y solicitud ha habido detrás de tu persona, entonces te sabrás a la par de "esa mujer" que tú crees conocer tan bien, y podrás amar mucho, como ella.
- Maestro, entiendo. Yo también quiero estar a tus pies, y ser discípulo verdadero de un profeta tan puro y libre. Pero yo no veo las cosas como tú las ves.
¡Señor, que vea...!
- Todo es posible para el que tiene fe.
Es curioso! siempre buscando que nos quieran y sobre todo depende de quién... más!.
Es curioso comprobar que no nos aceptamos en tantas cosas, que no nos queremos y sin embargo El que nos conoce hasta lo más profundo de nosotros mismos, hasta donde ni nosotros llegamos a conocernos... nos ha AMADO TANTO!, nos ha AMADO desde siempre, siempre parece que mendiga nuestra alma, siempre nos ha esperado, nos espera y nos esperará, nos ha AMADO TANTO que literalmente HA MUERTO DE AMOR POR CADA UNO DE NOSOTROS.
Nosotros somos capaces de no querernos, El si!.
Nosotros no podemos ofrecer nada, bueno, si! nuestras manos vacías.
El cada día nos ofrece la Eucaristía que es la Redención, el Perdón, el Cielo.
Por ello en mi corazón cobra resonacia profunda esa antífona de los Laudes, esa Palabra que dice:
ÁNIMO HIJO MIO TUS PECADOS ESTAN PERDONADOS Y TODO DEJA DE TENER SENTIDO A EXCEPCIÓN DE EL y yo no cuento y El si
David se nos muestra en este pasaje de la Escritura como una persona cuya conciencia está adormecida y usa el poder real para dar rienda a sus pasiones. Pero Dios que le ha escogido no le deja a su albedrío y le manda al Profeta que le echa en cara su pecado. ¿Por qué desprecias tú la palabra del Señor haciendo lo que a Él le parece mal?
Y el corazón noble de David se abre a la verdad:”He pecado” Y Natán respondió: “Pues el Señor perdona tu pecado. No morirás”.
Basta el reconocimiento del propio pecado para alcanzar el perdón. Y es lo que a “gritos” muestra la pecadora del evangelio con sus lágrimas, con sus gestos de amor y de arrepentimiento, con el derramamiento del perfume. Mientras que Simón y los demás convidados ni se veían sus propias culpas ni descubrían quien era en verdad ese Jesús que tenían delante.
Y San Pablo nos dice hoy:”Si la justificación fuera efecto de la ley, la muerte de Cristo sería inútil”
Si nuestra salvación la alcanzáramos a fuerza de puños…a base de cumplir leyes, normas, consejos , propósitos….Todo esto será sin duda necesario , pero qué bueno saber que tras de hacer lo que podamos , la Justificación, la Salvación es pura gracia alcanzada por la fe en Aquél que con su Vida, Muerte y Resurrección nos la ha ganado y regalado.
¡Danos Señor el creer de verdad en Ti , danos el don inmenso de la fe…”
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