27º Domingo Ordinario - C

domingo, 26 de septiembre de 2010
3 Octubre 2010

Habacub: El justo vivirá por su fe.
2 Timoteo: Toma parte en los duros trabajos del Evangelio.
Lucas: Si tuvierais fe como un granito de mostaza.


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Juan García Muñoz.

3 comentarios:

Paco Echevarria at: 26 septiembre, 2010 19:03 dijo...

EL PODER DE LA FE (Lc 17,5-10)

Hay respuestas de Jesús que sorprenden porque no parecen guardar relación con la pregunta que le hacen. La que da en este pasaje evangélico es una de ellas. Le piden sus discípulos que les aumente la fe y él responde diciendo que la fe es muy poderosa y que es más cuestión de hacer que de decir. En realidad está respondiendo a la mentalidad desde la que ellos hablan: la fe -viene a decirles- no es asunto de cantidad, sino de calidad y compromiso.
Es innegable que el tema de la fe está de plena actualidad: en unos casos por el rechazo abierto y hasta militante de quienes niegan el orden sobrenatural y la existencia de Dios; en otros por todo lo contrario, pues, en muchos ambientes se detecta un despertar del interés por lo religioso, lo sobrenatural, el misterio... El mundo, una vez más, es un reino de contrastes. Y esto tiene grandes ventajas porque ya la fe no es una postura existencial heredada o vivida desde el ambiente, sino una opción personal. Decir -como algunos siguen diciendo- que la gente va a la misa para que la vean no deja de ser un tópico y una simpleza propia de quienes viven todavía anclados en el pasado. Suelen ser los mismos que se ponen de uñas y hablan de intromisión en la vida pública, cuando alguien perteneciente al mundo religioso dice algo que va contra sus intereses, opciones políticas o posiciones existenciales. Argumentan que eso no es admisible en un estado aconfesional, confundiendo así el estado aconfesional con la aconfesionalidad de los ciudadanos. Quisieran éstos que la religión fuera algo íntimo y privado sin ninguna presencia o relevancia en la vida social. Se reconoce el derecho, pero se niega la posibilidad de ejercerlo.
La fe es una opción existencial que compromete a la persona en todas las dimensiones del ser, incluida la social. El derecho a creer implica, por tanto, también el derecho a expresar públicamente la fe y las opciones que se derivan de la misma. El respeto al otro implica que no puedo imponer a nadie mis creencias y el respeto a mí mismo, que nadie puede impedirme que exprese públicamente mi fe. Lo contrario nos lleva al totalitarismo.
A los creyentes, las palabras de Jesús nos advierten de la necesidad de cuidar la intensidad o calidad de nuestra fe. No es cuestión de tener mucha -como si todo se resolviera creyendo una gran cantidad de verdades y dogmas-, sino de que sea viva y comprometida, porque la fuerza le viene de lo viva que esté, no de lo amplia que sea. La eficacia del grano de mostaza lo demuestra. Por eso debemos incluso moderar nuestro lenguaje y no hablar tanto de tener fe cuanto de ser creyentes. El actuar brota desde el ser, que esa es otra de las modas actuales: decir que soy creyente, pero no practicante. ¿Cómo se puede creer sin vivir de acuerdo con la fe que se profesa?

Maite at: 28 septiembre, 2010 11:20 dijo...

Señor:

Hoy, como ayer,
esta comunidad cristiana,
que quiere serlo de veras,
te suplica: auméntanos la fe.

Aunque tenga que crecer
como un granito de mostaza.
Que tenemos que arrancar
muchas moreras
y plantar mucha confianza.


Porque hay que trabajar
empeñados en tu Reino,
sin buscar salario ni derechos.
Y es que somos unos pobres siervos
que lo que teníamos que hacer
podamos decir que lo hemos hecho.

Flora León at: 30 septiembre, 2010 19:56 dijo...

Lo más que podemos hacer por Ti , Señor es creer. Lo mismo que el profeta Habacuc, nuestro ojos ven cada día injusticias, desgracias , sufrimientos incomprensibles. Y como él , podemos decir que no encontramos respuestas “razonables”. Ah, Señor, dar fe a tu Palabra, apoyar toda nuestra existencia en la fe en Ti, en el tesoro de la Revelación es lo más grande que nos puedes conceder. Nos hace gustar ya lo que va a ser la vida eterna , es decir: Nos hace vivir en común-unión Contigo. Y el mundo pasará , generación tras generación ...y podrán arrancarnos la piel y la vida...pero “Quien cree en Mi, no será defraudado”.

Y con la fe “podemos tomar parte en los duros trabajos por causa del Evangelio” , sabiendo además que ese ser llamados a creer en Ti , a trabajar por el Reino es puro don, es gracia , es regalo. Y nos hace felices el vernos pequeños y pobres, hijos amados de tan gran PADRE-AMOR. Y nos lleva a no querer otra recompensa que Tú mismo....

Ablanda nuestro corazón Señor , para que, en el caminar de nuestros días, nuestro corazón esté atento a escuchar tu voz y a darte lo más que podemos: La entrega total de nuestro ser por medio de la fe.