DOM-13A

domingo, 25 de junio de 2017
2 JULIO 2017        

DOM-13A

3 comentarios:

Paco Echevarría at: 25 junio, 2017 18:33 dijo...

CONMIGO O CONTRA MÍ (Mt 10,37-42)

El pluralismo ideológico y cultural -que tiene la ventaja de favorecer el enriquecimiento mutuo por la integración de elementos diferentes- encierra dentro de sí -como es de esperar de todo lo humano- un riesgo que, de no ser afrontado, puede acabar con ese beneficio: se trata del relativismo y la mediocridad. La contemplación de lo diferente puede ser un factor de definición de la propia identidad o un factor de desintegración de la misma. Mientras más opciones son posibles, más necesario es optar, pues es sabido que quien no decide sobre su vida acaba aceptando las decisiones de los demás.
Viene esta reflexión a propósito de las palabras de Jesús que se leen este domingo en las iglesias. En la larga instrucción que hace a sus discípulos, tras invitarles a asumir su misión y advertirles de los problemas que ello acarrea, el Maestro les exige que se definan. No caben en el seguimiento ni medias tintas ni ambigüedades. La opción por Jesús implica necesariamente el rechazo de lo que se opone a ella por muy querido y valioso que sea. Dios no comparte su sitio con nada ni con nadie. Esto puede significar una fractura interior, como la división entre los miembros de una familia. Quien no está dispuesto a ello no es digno de llamarse cristiano.
No pocos cristianos se mueven hoy en esta ambigüedad. Arrojados a un mundo sin fronteras, sin límites, convertido en un inmenso supermercado donde todo está al alcance de la mano, han terminado asumiendo el relativismo -que es una forma de no creer en la verdad- como filosofía de la existencia: si todo vale, si todo es lo mismo, ¿qué más da una cosa que otra, una religión que otra, una moral que otra? Confundimos las cosas cuando creemos que respetar la verdad del otro o sus opciones personales implica dudar de la propia verdad o de las propias opciones.
Pero ¿por qué ocurre eso? ¿A qué se debe que muchos caigan en esta postura? Tal vez se deba -y eso sería lo más grave- a que no existen convicciones. El relativismo no sería, en este caso, expresión de tolerancia y grandeza de ánimo, sino manifestación de vacío y mediocridad. El problema de nuestro tiempo tal vez sea la falta de norte. Cualquier camino vale para el que no sabe a dónde va, cualquier corriente arrastra al que no tiene timón.
La fuerza de los medios de comunicación -por su extensión e intensidad- ha hecho de la sociedad actual un campo donde se agitan todos los vientos. Muchos -sin que se pueda excluir a los creyentes- van y vienen, llevados por las modas o lo nuevo, sin rumbo ni sentido. Eso crea la sensación de estar vivo, pero no es sino vértigo y confusión. El problema es que, cuando cesan los vientos, lo que aparece no es la paz y el sosiego sino el vacío del alma y el absurdo.


Maite at: 28 junio, 2017 18:23 dijo...

Recuerdo haber oído a mi madre, cuando era niña, rebelarse ante estas palabras del evangelio. Ella decía que sus hijos eran lo que más quería en el mundo y que nada ni nadie cambiaría eso.

Yo creo que el Señor bendice el amor a los padres y a los hijos, y más en un mundo como el actual, donde los ancianos y los niños son enormemente vulnerables y víctimas, a menudo, del descarte. La familia ha dejado de ser el lugar de acogida de los mayores, que son incompatibles con el ritmo de vida y trabajo de los hijos. Y los pequeños son víctimas demasiadas veces de convivencias imposibles que hacen de ellos arma arrojadiza o medio de venganza entre sus padres.

Jesús pone el acento en la radicalidad del seguimiento evangélico, que es lo primero, y a lo que todo se ha de subordinar, que no descuidar. Y el seguimiento de Jesús nos exige entregar la vida hasta perderla, acoger a los hermanos en la fe como al mismo Cristo y contemplar su rostro en quien necesita nuestro alivio y socorro. Quien sigue a Jesús encuentra en él la razón, el motivo y el impulso para todo lo que ama y lleva a cabo. Anda en una vida nueva, al decir de Pablo, muerto al pecado y vivo para Dios.

juan antonio at: 28 junio, 2017 19:33 dijo...

SEGUIMIENTO RADICAL
Leyendo el Evangelio de esta semana podíamos decir que Jesús desprecia el amor del padre, madre, hijos…
Jesús no viene a decir que no amemos a los padres hijos, parientes etc., creo que nadie como Él predicó y practicó el AMOR hasta darse por entero en un sufrimiento sin fin, entiendo que Jesús nos dice que ese amor no puede ser obstáculo para su seguimiento, porque seguir a Jesús es entregarse por entero a Él y a su obra, el Reino de Dios, o el Reinado de Dios.
Es como cuando se habla del santo temor de Dios. Entiendo, yo y puedo estar equivocado, que el santo temor de Dios no es más que amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo, pues esta semana encontramos otra forma de expresar lo mismo, porque Dios ha sido primero en todo en crearme, en amarme, en regalarme la fe, la filiación divina, la gracia de nuestro estado, las miles y miles de atenciones de cada día que no somos capaces de ver y que si tuviéramos de verdad ese ratito de oración, seríamos consciente de ello porque es tan evidente que solo el silencio del alma lo puede percibir.
No veamos las sentencias de Jesús en negativo, veámosla en positivo, al igual que los mandamientos, como decía un autor, no son imposiciones, son nuestras respuestas al amor de Dios: Dios te ha amado primero, pues amale, en todo, empezando por aquellos de los que te haces prójimos y así podríamos ir viendo todos los mandamientos, que el Evangelio del día de ayer, 27 podemos decir que resumía con esta sentencia, “así pues todo lo deseéis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos “. Qué cosa tan sencilla y tan difícil, pues queremos el bien para nosotros, pero olvidamos el bien de los demás, no amamos a nadie más que a nosotros mismos y, creo, que hasta en esto nos equivocamos.
Démonos, pues si un vaso de agua está premiado, cuanto más si somos nosotros lo que nos damos.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ayúdanos a decir AMEN