NOCHEBUENA-A

miércoles, 18 de diciembre de 2019

25 DICIEMBRE 2019
NOCHEBUENA-A

2 comentarios:

Paco Echevarría at: 18 diciembre, 2019 21:23 dijo...


¡FELIZ NAVIDAD!

Son muchos los siglos que lleva Occidente celebrando la Navidad el 25 de Diciembre. El testimonio más antiguo es un calendario del año 336 en el que se recogen las fiestas que celebraban los cristianos en Roma. En cuanto a las razones para celebrarla el 25, hay que decir que no sabemos el motivo que llevó a la Iglesia a hacerlo ese día. Son muchas las hipótesis que se han formulado, pero ninguna ha podido ser confirmada. Entre ellas, se ha señalado la necesidad de oponer el culto a Cristo al culto al sol que, por influencia de Mitra, gozaba de tanta popularidad en el paganismo. Pero esto es una hipótesis no se ha podido demostrar con documentos. El hecho cierto es que la fiesta del nacimiento de Cristo se viene celebrando el 25 de Diciembre desde los primeros siglos.

Pero –¡lo que son las cosas!–, algunos se han propuesto acabar con el contenido de estas fiestas. En el dislate al que estamos asistiendo en cuestión de costumbres y tradiciones, este sería uno más, si no fuera por la maniobra de manipulación lingüística que supone. La estrategia es evidente: si no se puede acabar con la fiesta, se le cambia de nombre o se mantiene el nombre pero se le cambia el contenido o las dos cosas. Como, evidentemente, resulta imposible quitar las fiestas de Navidad –imaginen las consecuencias de una medida así en el campo académico o económico, por ejemplo–, se les llama fiestas de invierno, y a los belenes, paisajes de invierno y se eliminan de la calle todos los símbolos religiosos.

Es evidente que cada uno puede celebrar lo que le dé la gana según sus ideas, opciones o preferencias. Pero no podemos cambiar la naturaleza de las cosas. La Navidad es una fiesta cristiana –como el ramadán es una práctica religiosa islámica y a nadie se le ocurre decir que no es ayuno sino una dieta de adelgazamiento–. Se tenga fe o no se tenga fe, el fundamento y la razón de estas fiestas es el nacimiento de Cristo. Por tanto, se les puede llamar fiestas de invierno, pero son fiestas de invierno para celebrar el nacimiento del iniciador del cristianismo. Podemos hacer regalos y decir que es para celebrar la lluvia, por ejemplo, pero regalar en estas fechas es una evocación de los regalos que los magos hicieron a Jesús. Y así podríamos seguir.

También debemos tener claro que la elección de la fecha viene de los primeros siglos, si bien parece que es algo aleatorio. Esto significa que celebramos el “hecho” del nacimiento de Cristo con el sentido que a ello le damos los cristianos, pero no el “día” en que tuvo lugar porque no tenemos ese dato. Lo cual no quita legitimidad a la celebración. No saber la fecha del nacimiento de una persona no significa que no haya nacido ni que no podamos celebrarlo. Si desconocemos el dato exacto, podemos elegir el día que nos parezca más oportuno. Eso fue lo que hicieron con todo derecho los cristianos desde los primeros siglos. Atacar la Navidad, como algunos han hecho, porque ignoramos el dato concreto del día en que Jesucristo nació, no deja de ser otra burda manipulación.

Finalmente, también tenemos que dejar claro que el respeto mutuo que, en una sociedad democrática, todos merecemos –hombres y mujeres, creyentes y no creyentes, judíos, cristianos y musulmanes, budistas, hinduistas o sintoistas...– implica también el respeto a las creencias religiosas, lo que significa que puedo profesar la religión que quiera o no profesar ninguna. Atacar a las personas, sus manifestaciones y sus símbolos, simplemente porque no los comparto es adentrarse en un sendero peligroso que lleva, a la larga, al totalitarismo, porque, cuando se considera legítimo atacar un derecho, se termina negándolo y, negado un derecho, se pueden negar todos los demás.

juan antonio at: 20 diciembre, 2019 21:39 dijo...

Con independencia del año, del lugar, de cuantos pies queramos sacarle al gato……., hay una realidad que es el “”Dios con nosotros””, Dios se hizo hombre, nació frágil, creció en la más absoluta discreción, totalmente oculto al mundo durante años, fue bautizado por Juan, el Espíritu vino sobre Él, empezó predicando el Reino y en su pueblo declaró que “El Espíritu del Señor está sobre mí, …….. (Isaías 61,1-2) y terminó diciendo: hoy se ha cumplido esta profecía.
Y empieza la vida pública de Jesús.
Sobre esas cuestiones, al parecer contradictorias, no tengo más que invitaros a leer en el tercer libro de Benedicto XVI sobre Jesús de Nazaret, “”La Infancia de Jesús””, ( pg 68-73) en el que el Papa emérito trata de dar una explicación, en mi parecer de profano, “lógica”. No obstante, somos libres de hacer la exegesis de los textos sagrados que queramos y basta.
Lo principal, es DIOS CON NOSTROS y JESÚS, el Mesías prometido y Salvador del mundo, pues nadie está excluido de esa salvación, salvo aquellos que en uso de su libertad rechazan o no han llegado a tener ese encuentro con Jesús, pues como decía un santo, “que busques a Cristo, que encuentres a Cristo y que ames a Cristo” y con ello está más que dicho todo, pues si buscamos a Cristo es porque nuestra alma, como dice el salmista, está sedienta de Dios, de la plenitud de la VIDA; si encontramos a Cristo es que esa fe donada en el bautismo de pequeño se ha aceptado, he dado mi sí al Señor y como consecuencia de ello, amo a Cristo y a todos aquellos que Cristo amó, que no son más que los pobres, excluidos, enfermos, de la enfermedad que fuere, de los pecados que unos señores decían que eran públicos y es porque ellos no se miraban y empezó a enseñarnos el Reino de Dios, Camino, Verdad y Vida y todo empezó en un pesebre, con un Niño Dios llorando, que ahora no lo vemos porque ponemos tantas cosas en casa y en las calles que por no tener, no tienen nada que ver con lo que decimos festejamos, pero hasta nos deseamos Feliz Navidad, ¡que hipócritas!.
Se dice por los que han tenido la suerte de peregrinar a Tierra Santa, que los guías explican que Jesús nació en el establo, pues dar a luz causaba impureza y yo me pregunto ¿las demás mujeres de Israel no caía en impureza al dar a luz o era solo las extrañas a ese pueblo?, como vemos hasta las explicaciones de los entendidos nos parecen extrañas, o al menos, a mí.
Desde el pesebre Jesús nos enseña una cosa, la predilección por lo pequeño, lo pobre, los excluidos, siendo Él pobre, excluido y frágil, pues como tantas veces he dicho el Evangelio nos trae como centro a Jesús, éste pone como centro al hombre, es como si cantara eternamente el salmo ocho, “” qué es el hombre para que te acuerdes de él, para darle poder……”, Dios se hace hombre para que el hombre se haga Dios, ¿cómo? Vaciándonos de nosotros y de lo que nos sobra y llenándolo de cosas de Dios, por ejemplo de todo aquello que el Evangelio nos enseña para seguir el camino de Jesús.
Cuanto más cerca estamos de la Navidad, más se va proclamando el Evangelio de la Encarnación, de Lucas o el correspondiente de Mateo donde nos dice el “Nacimiento de Jesucristo fue……y siempre llama la atención la figura de María, la figura de José, fieles cumplidores de la voluntad de Dios, y me llena de interrogante esa, llamémosla, vida interior de ambos, su relación con Dios, pues ambos tuvieron intima relación con el Señor, cuál sería su oración, cómo serían sus diálogos entre sí, con el Niño, qué mirada recibirían de Jesús y cual sus estados de ánimo, su vida en una palabra.
Contemplémosla y hagámosla nuestra.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Señora de la espera y la esperanza, ampáranos y enséñanos a decir AMEN