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Estas hojillas, que podéis bajaros, nacieron en la Parroquia de San Pablo (Fuentepiña, barriada obrera de Huelva) y la siguen varios grupos desde hace años en su reflexión semanal. Queremos ofrecerlas desde la sencillez y el compromiso de seguir a Jesús de Nazaret.
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2 comentarios:
EL BUEN PASTOR Y SUS OVEJAS
Esta semana conocida como la semana del Buen Pastor, símbolo primitivo del los cristianos y que hoy no debemos olvidar pues no ha desaparecido ni el pastoreo ni la entrega de Cristo por su Iglesia.
Quisiera hacer mi reflexión sobre el versículo diez y seis que dice:
16 También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer; y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo pastor
Muchos lo interpretarán en el sentido de que fuera de la Iglesia Católica, hay muchos hermanos de otras confesiones que no reconocen la autoridad del Papa y otros muchos “dogmas” de nuestra Iglesia Católica.
Yo entiendo que es un error, pues es limitar el Amor de Dios, es ponerle puertas al campo de la misericordia, de la compasión, de la infinita ternura que el Señor tiene para toda la humanidad.
Israel era y es un país muy pequeño en el entorno y el Amor de Dios no podía ser para unos pocos, no podemos ser exclusivos, como dice la Hoja.
Siempre se dice en todos los textos que la salvación es para todo el mundo y no voy a citar versículos ni libros, pues es muy conocida tanto en uno como en otro Testamento esta grandeza de Dios que se derrama en cada uno de sus hijos, ahora bien, habrá quien no quiera saber nada de esto, pues a respetarlo aunque se declaren enemigos, nos insulte, hay que quererlos, pues así lo quiso el Maestro “amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen – Mt 5,44, es decir tenemos que aceptar a todos y como son, rezar por ellos, pues a ese rebaño están llamados todos.
Podíamos preguntarnos porque no están en este redil del Amor de Dios, quizás por nuestra conducta escandalosa que prediquemos una cosa y hagamos otra, porque nuestro testimonio sea negativo, porque nos quedamos en lo externo y no vivimos ni comunicamos la Vida que se nos da cuando leemos la Palabra, cuando asistimos a la Eucaristía.
¿Qué hacemos con todo lo que se nos regala día a día? Manosearlo, hacerlo mera rutina…..¡Resucitemos con el Señor, Vivamos como el Señor y tengamos un corazón abierto a toda la humanidad!
Señor para ser de tu rebaño, ese rebaño que Tú quiere que sea uno y por cuya unidad rezaste en la última cena –Jn 17- tenemos que tener entrañas de misericordia, de compasión, intimidad en nuestra oración: hacer todo aquello que Tu hacías, hacer el bien y comunicárselo a tu Padre en esas noches en que nadie te veía pero tu presencia era conocida por todos pues sabían dónde buscarte y te buscaban.
“Un solo rebaño y un solo pastor”
Recemos por el ecumenismo o mejor el dialogo inter religioso aunque poco sepamos; recemos por la unidad de los cristianos, sobre todo en la olvidada Semana de oración por la unidad de los cristianos (18-25 Enero de cada año) quien la conoce?, quien la reza? ya que en las parroquias, entiendo que poco se dice de esa semana que para los que llamamos hermanos separados es muy importante, tanto que nació entre ellos: recemos, pues la Patrona de las Misiones, una humilde monja del Carmelo, eso fue lo que hizo además de ofrecerse por aquellos que dejaban su vida en el empeño, recemos por un solo rebaño y un solo pastor, empezando por los que en Cristo creemos.
Pero Tú Jesús nos lo dijiste, tengo otras ovejas, id por el mundo entero, yo estoy con vosotros, no temáis…., seamos misioneros desde nuestra felicidad, nuestros dolores, nuestras penas, angustias, todo para el Señor y por el Señor.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ayúdanos a ser misioneros, en la capacidad de cada uno, al menos tener siempre presente en nuestra oración, tanto a las ovejas como a los pastores enviados, ¡AMEN! ¡Aleluya!
Jesús es el pastor, el bueno, porque se ha mirado en el espejo del Padre y devuelve su imagen.
Jesús ha experimentado el amor del Padre y sabe que el Padre le ama porque entrega la vida.
Quien mira a Jesús encuentra en él un auténtico modelo de vida, pero vida entregada por sus ovejas, a las que ama y conoce, que le aman y conocen.
Acoger y reconocer a Jesús como buen pastor implica dejarse guiar por él, dejarse apacentar y cuidar, alimentar y conducir. Nos compromete, además, como seguidores suyos, a ser también pastores de los demás. A amar y dar la vida, a conocer por su nombre a quienes reconocemos como hermanos. Y acompañarlos siempre por sendas de vida, de libertad, de amor y paz.
Identificarse con Jesús, el buen pastor, es un proyecto de vida exigente, pero pleno, como es todo lo que nos hace salir de nosotros mismos y perder la vida propia por los demás.
Ir por la vida de asalariado no nos lleva a alcanzar la plenitud como personas, nos achica y hunde en la mediocridad cuando no algo peor.
Se trata, siempre, de optar, de elegir. En Jesús tenemos el camino, la verdad y la vida. Movamos ficha.
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