6 ENERO 2012
EPIFANÍA DEL SEÑOR
MATEO
2,1-12. Venimos de Oriente a adorar al Rey.
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Estas hojillas, que podéis bajaros, nacieron en la Parroquia de San Pablo (Fuentepiña, barriada obrera de Huelva) y la siguen varios grupos desde hace años en su reflexión semanal. Queremos ofrecerlas desde la sencillez y el compromiso de seguir a Jesús de Nazaret.
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3 comentarios:
Persecución. Los primeros cristianos son perseguidos con frecuencia. Recordando la figura de Herodes el sanguinario (cinco días antes de morir hace ejecutar a uno de sus hijos), Mateo muestra que la persecución forma parte, desde el principio de la vida de Jesús y de los primeros cristianos. La persecución forma parte del seguimiento a Jesús. Desde dentro de la iglesia también se persigue.
Buscadores. Para encontrar a Dios hay que ponerse en camino y seguir buscando. Y como están atentos, sin cesar, perciben con su fe las huellas de Dios.
Estrellas en el camino. Al igual que a los magos, Dios pone “estrellas”, signos, en nuestro camino hacia él. Pueden ser acontecimientos sencillos o fuertes, de los que golpean de verdad, pueden ser personas que con su testimonio de entrega desinteresada me dan luz para ver mi camino, pueden ser llamadas, sentidas en lo más hondo.
Para Dios no hay extranjeros. Los magos son diferentes, son extranjeros. Para Dios no hay extraños, ni extranjeros, solo personas que buscan un encuentro que se convierte en gracia, en regalo. Es necesario que todos conozcamos la dicha de ser amados, queridos por Dios. Para eso nace en medio de los hombres, el Hijo de Dios.
Bartimeo.
Queridos Magos:
cuando era niña estaba convencida de que erais tres y reyes. Me atraíais como grandes personajes, vestidos con majestuosidad, que llevaron valiosos presentes al Niño Jesús. Siempre me pareció maravilloso que con ese motivo nos trajeran regalos a los demás niños por Navidad.
Muchos años después aprendí que vuestro número y nombres no son exactos, y que pertenecéis al número de los despreciados por el pueblo judío del tiempo de Jesús. Y que, como a los pastores, Dios os escogió para manifestar a su Hijo, nacido de María. A vosotros, en concreto, como a los representantes de los pueblos paganos, se reveló Dios como luz que iluminaría sobre todos.
De año en año vuestras figuras me resultan más y más grandes y admirables, más cercanas y entrañables... Creo que sois los patronos adecuados de todos los buscadores de estrellas, de los que escrutan los cielos, noche tras noche, esperando verlas aparecer. Sois los maestros de los que ven en la oscuridad una pequeña luz que brilla, los que invitáis, con vuestro arrojo, a lanzarse en pos de ella para alcanzar los sueños. A perseverar en el empeño a pesar de lo largo del camino, las rutas desconocidas, aunque desaparezca la estrella que guiaba y todo parezca, de pronto, una quimera.
Vosotros sois los sabios que preguntan, los que se alegran como niños cuando vuelve la luz y reconocen al Esperado en un niño tan pequeño y desvalido como todos, en un pueblo oprimido con gobernantes patéticos que no saben reconocer al que anuncian sus Escrituras ni teniéndolo delante.
Sois los extranjeros que se postran ante Él y su Madre con regalos que hablan de vuestra fe y adhesión. Los que veis en ellos lo que los demás son incapaces de ver. Sois los ingenuos que creéis en los sueños y os dejáis advertir de las maquinaciones de los poderosos de turno y actuáis en consecuencia.
Por eso os pido un corazón y unos ojos como los vuestros. Para ver las estrellas que se encienden por dentro y por fuera. Os pido vuestra valentía y vuestra fe para seguirlas aunque todo intente disuadirme de hacerlo. Vuestra capacidad para soñar y creer en lo que sueño para hacerlo realidad. Vuestra perseverancia y tenacidad en el camino de la vida para alcanzar la meta que me llama desde lejos. Os pido vuestra sabiduría para reconocer, en lo ordinario, la presencia de Dios, vuestra fe para aprender a adorar y postrarme ante Él.
Será un gozo para mí contar con vosotros como compañeros de camino y guías experimentados.
Gracias, queridos Magos.
""No sé si eran reyes,
no sé si eran tres,
lo cierto es,
que fueron a Belen""
Así canta un villancico la fiesta de la Epifania.
Canto que viene bien ante la polvareda del punto cardinal de la procedencia de estos personajes.
Por ello tomemos el último verso de la canción "lo cierto es que fueron a Belen"".
Ahí esta el nudo de la cuestión, sean Occidente u Oriente, lo cierto es que buscaron a Jesús, vieron su estrella, la siguieron y cumplimieron lo que se habián propuesto ""...hemos venido a adorarle"".
Cuantos signos, cuantas estrellas, se nos dan cada día, cada instante y no vemos ese lenguaje que Jesús nos pone para su seguimiento.
Son sonrisas y tambien lagrimas, son alegrias y las penas, son el amigo y el que no lo es tantlo, son, en definitiva, circunstancias del día a día que nos zarandean para que nuestra mirada vea a Dios en esos guiños de cada momento y le sigamos, para que lo busquemos en todo lo que hacemos y lo encontremos en todo lo que sucede.
Dios hoy no hace exclusión de nadie y se ofrece a todo, como al final, en su resureccción nos envia a todo el mundo a predicar su Evangelio.
Señor, que esta fiesta me interpele siempre por tu busqueda y me recuerde la dimensión de tu amor a toda la humanidad.
Que abra mis ojos a la dimensión eterna de tu mensaje y acoja a todos aquellos que me des como projimos.
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