SAGRADA FAMILIA-A

lunes, 23 de diciembre de 2013
29 DICIEMBRE 2013
LA SAGRADA FAMILIA


MATEO  2,13-15.19-23. Coge al niño y a su madre y huye a Egipto.

2 comentarios:

Maite at: 27 diciembre, 2013 18:46 dijo...

En una de las oraciones más bellas que aparecen en las Cartas de Pablo, él dice que dobla las rodillas ante el Padre, de quien procede toda familia en los cielos y en la tierra. Y es que Dios es Trinidad, comunión de amor con el Hijo y el Espíritu, familia divina, relación. No es extraño que al hacerse hombre escogiera el seno de una familia, otra comunión de amor, donde todos velan por todos, tienen derechos y deberes, y se sostienen unos a otros.

En la familia todos son únicos e insustituibles, todos forman parte de ella; todos son valiosos e importantes, todos son acogidos, valorados, aceptados. Y como espacio de convivencia la familia es también lugar de conflicto, de incomprensiones, de dolor; y por ello escuela primaria de perdón.

El amor, el respeto, la aceptación que se reciben en la familia marcan para toda la vida y se reflejan en la conducta para siempre. Lo mismo que la carencia de todo ello. La familia es utopía y sueño, camino de lucha y esfuerzo.

También la comunidad cristiana es familia, y la comunidad religiosa. Hay familia donde dos o más se reúnen en el nombre del Señor,porque todos somos hermanos, hijos del mismo Padre. Ahí radica el valor y la originalidad de todos y cada uno.

La Sagrada Familia es el modelo de todas las demás, allí donde Jesús crece en edad, en estatura y en gracia, ante Dios y los demás. Donde José se esfuerza por discernir qué es lo mejor para todos y María intenta comprender tantas cosas sin explicación.

Para construir la familia de los creyentes Pablo exhorta a vestirse de misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión, abnegación y perdón. Invita a hacer del amor, y no de la uniformidad, el ceñidor de la unidad; y de la paz el árbitro de los corazones de todos. A vivir en clave de agradecimiento, de escucha y enseñanza mutua de la Palabra.

Hoy es día de oración por la familia, toda la familia humana. Por la Iglesia, la parroquia, que son familia. Y por tantas familias rotas, para sufrimiento de quienes lo padecen y confusión de los más pequeños.

También yo pertenezco a una familia rota y experimento las consecuencias. Pero no pierdo la esperanza de verla de nuevo reunida en el cielo, como lo está en mi corazón; en el seno del Padre, del que procede toda familia.

Juan Antonio at: 28 diciembre, 2013 13:14 dijo...

Hoy festividad de la Sagrada familia nuestra reflexión, va de dicho tema, la familia.
Corren tiempos duros para la familia, se ha transformado toda la concepción que de ella se tenía, tanto que ahora vamos desde un matrimonio cristiano o de un matrimonio civil entre hombre y mujer a todo tipo de matrimonio y no digamos de parejas, formales con registros, sin registro, de uniones fugaces, de uniones menos que fugaces, en fin del todo valer.
Como vulgarmente se dice todo ha cambiado y además se buscan excusas para estos cambios, que si hay que ir con los tiempos, que si hay que estar al día y no digamos nada sobre la demoledora ideología de género: mujer no se nace, se hace, decía una conocida escritora francesa (¿) esto es, hoy soy hombre, mañana mujer y pasado ya veremos.
Por eso es preciso que los cristianos tengamos la valentía de proclamar los valores cristianos del matrimonio, valores que comprenden la diferencia de los esposos por su sexo, que los diferencia y los atrae, en orden a la convivencia, dentro de una vida consagrada el uno al otro en el más alto sentido de la fidelidad que será la unión de los dos en una sola carne, colaboradores de Dios en la procreación, como fin de una alegre fecundidad, con un sentido de permanencia, de continua convivencia, de una auténtica comunidad de vida y amor, en todo, en la formación religiosa y no religiosa, de los esposos y de los hijos; en lo económico, con sentido de responsabilidad y solidaridad y comunidad de fe, pues Dios está con nosotros como matrimonio, al que no debemos relegar para los actos de dolor o de alegría, sino en una continua conciencia de su presencia.
Por eso tenemos que mirar a la Sagrada Familia, en orden a nuestra fuerza para llevar adelante los valores del sacramento del matrimonio, como valedores, Jesús, María y José, de nosotros en el cumplimiento de la voluntad de Dios en nuestras familias, para que con su ejemplo de pleno sometimiento a Dios, nosotros en nuestro día a día sepamos dar el testimonio serio, valiente y cristiano de esa familia que formamos un día y mantenemos, porque para Dios nada hay imposible, con lo que agradecemos ese regalo que cada día nos hace, como canta el salmo
“Dichoso el que teme al Señor…., tu mujer, como parra fecunda en medio de tu casa; tus hijos como renuevos de olivo entorno a tu mesa…Esta es la bendición del hombre que teme al Señor”
Entendamos el temor de Dios, como el hecho de ponerle como primero y único en nuestra vida y Padre de todos.
Vivamos alegres la fiesta y vivamos alegres nuestra vida de familia en una donación constante de los esposos, y en una disposicion atenta a los hijos y a los mayores.
Dentro de la Navidad, vivamos la alegria de sentirnos familia de todos.