1 ENERO 2017
SANTA MARÍA-A
Estas hojillas, que podéis bajaros, nacieron en la Parroquia de San Pablo (Fuentepiña, barriada obrera de Huelva) y la siguen varios grupos desde hace años en su reflexión semanal. Queremos ofrecerlas desde la sencillez y el compromiso de seguir a Jesús de Nazaret.
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Dios nos regala un nuevo tiempo en nuestra vida, y ello en la festividad de Santa María Madre de Dios, para que poniendo nuestros ojos y nuestros oídos en Ella sepamos vivir este don con la alegría de los hijos de Dios
Un nuevo año no invita siempre a la reflexión, en la que agradecemos todo lo recibido, todos esos dones que Dios nos ha ido dando a lo largo del año pasado y ponemos en las manos misericordiosas de Dios todo aquello que o dejamos de hacer o no hicimos como debiera.
Recordar es aprender de todo lo pasado, para mejorar el presente y mirar hacia el futuro, pues como se dice el tiempo encierra una contradicción, no para, no se detiene pero nos exige pararnos para esto, para reflexionar.
Tenemos que encarar este nuevo tiempo como lo hizo María, desde la humildad, desde la sencillez, desde la turbación ante el plan de Dios que le anunciaba el Ángel, pero pese a su sorpresa, sus dudas, su desencuentro consigo misma, ella creyó y aceptó la voluntad de Dios, “”hágase en mí según tu palabra”
En este discernir que nos trae el año nuevo, hay que descubrir qué nos pide Dios en este tiempo que estrenamos, qué quiere de mí, que debo quitar y que debo poner para que ese plan que Dios tiene sobre mi se haga realidad, día a día, con las luces y con las sombras que nuestra debilidad pondrá en nuestro caminar, pero que el Señor, en su infinita misericordia, le dará el brillo que nosotros, que yo no puedo darle.
“” Y María conservaba todas estas cosas en su corazón”” y como nos narra el Evangelio de hoy después del canto de Simeón, “su padre y su madre estaban asombrados de las cosas que se decían de Él””
Tenemos que asombrarnos de Jesús al conocerlo cada día más, haciendo vida su Palabra, hasta llegar a gritar como S. Pablo, no vivo yo, es Cristo quien vive en mí, ¿Cuántos nos falta para ello? Sigamos junto a Él, estemos junto al Sagrario, como decía Santa Teresa sobre la oración, en la que no había que usar mucha palabrería sino “”estabame yo junto a ÉL””.
Cantemos con el salmista “Oh Dios que te alaben los pueblos que todos los pueblos te alaben”
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ayúdanos a decir AMEN
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