24 DICIEMBRE 2017
4ºADV-B
Estas hojillas, que podéis bajaros, nacieron en la Parroquia de San Pablo (Fuentepiña, barriada obrera de Huelva) y la siguen varios grupos desde hace años en su reflexión semanal. Queremos ofrecerlas desde la sencillez y el compromiso de seguir a Jesús de Nazaret.
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MARIA
Empezamos el primer Domingo con la espera, estando alerta en nuestra vela por la llegada del Señor, seguimos con los domingos del Bautista levantando valles y abajando colinas, allanando caminos y terminamos con el Domingo de María, que es el personaje central de esta preparación del encuentro del Señor con los hombres.
Para empezar quisiera contar una anécdota que leí en el último libro que escribió J.A. Vallejo-Najera en colaboración con su amigo José Luis Olaizaola, (La Puerta de la Esperanza) cuando estaba ya en sus últimos días.
Al final del libro el Sr. Olizaola recoge unas vivencias de su amigo con algunas, pocas, personas que pasaron por su vida y entre ella fue un pariente eclesiástico quien en el bautizo de su hija, le pregunta por el nombre y le contesta “MARIA”, e insiste el celebrante, María qué, y le contesta el padre TE PARECE POCO.
Pues lo mismo digo en esta reflexión, MARIA, la Madre del Verbo Eterno, la Madre de Dios Hijo, la Esposa de Dios Espíritu Santo y la Hija de Dios Padre, que un día abrió su corazón al proyecto salvador de Dios sobre los hombres con unas simples palabras, “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu Palabra”. MARÍA.
Este es el misterio que no comprenderemos nunca, naturalmente, y sobre el que tanto se ha escrito, y que viene a traernos, en mi poco entender, la predilección de Dios sobre lo pequeño, lo sencillo, la nada, los humildes entre los humildes, los descartados como tanto le gusta decir a nuestro Papa Francisco y que los hombres, religiosos o no, laicos o consagrados, no comprendemos porque nos comportamos todo al revés, aspiramos al poder, a la riqueza, a tener y acumular y como decía una persona sencilla, si tantos dolores de cabeza trae una presidencia de algo, por qué hay que hay tantos aspirantes a ella, por qué hay tantas luchas, controversias y reveses?
Jesús hablo de ellos en abundancia, pero me quedo con Mt 11,25 “.. te doy gracias Padre por has escondido estas cosas a sabios y entendidos y se las has revelado a los sencillos”
María, la mujer sencilla, humilde, que aceptó el proyecto de Dios, pero que entraña lo suyo, pues decirle a los padres que está embarazada del Espíritu Santo, con un desposado de por medio, hoy lo vemos muy bonito, pero tira dos mil años atrás y verás que no es tan bonito, que María tuvo que bregar lo suyo y a pesar de todo CREYÓ, y si Abrahán es nuestro padre en la fe, María es nuestra Madre, pues tanto uno como otro, dijeron SI al Señor y aquí estamos a las puertas de conmemorar un año más, la Navidad, que no sea un año más, que sea nuestra Navidad de hoy, de mañana, del otro y del otro, porque Dios nacerá, con María en nuestro corazón, cada día de nuestra vida, si nosotros así lo acogemos.
“Hágase según tu Palabra” ¿no nos suena a la oración que su Hijo nos enseñó rezar al Padre, “”…… hágase tu voluntad así en la tierra como el cielo”?
Que nos preguntemos cual es la voluntad de Dios para hoy, y mañana volvamos a hacernos la misma pregunta y al celebrar la Navidad, comprenderemos cada día cual es su voluntad, que un día será una sonrisa al vecino, otra………, cosas sencillas, pues hasta nuestro final es cosa sencilla dentro de nuestra fragilidad.
María, Hija de Dios Padre, Madre del Amor Hermoso, Dios Hijo y esposa de Dios Espíritu Santo, ayúdanos a decir “Hágase según tu voluntad”
En este último domingo de Adviento ponemos nuestros ojos en María. Ella experimentará, en carne propia y en su vida, que para Dios nada hay imposible; que cuando él elige, nace la Vida; que se fija en los más pequeños para las mayores obras.
María sabe que ella no es grande; Dios lo es. Que lo importante de verdad no es lo que ella hace, sino lo que él hace en ella. Y Dios siempre obra maravillas.
Para entrar en la historia como uno más, Dios eligió a María, y pide su consentimiento. Nuestro sí, nuestro hágase, es fundamental para Dios y su obra de salvación en nosotros. Sin nuestra colaboración Dios tiene las manos atadas. Ha querido poner todo en las nuestras.
El Unigénito venido a menos, en expresión de Pedro Casaldáliga, se encerrará nueve meses en el vientre de María, una muchacha de Nazaret que, a partir de ahora, con ser Madre de Dios, iniciará un camino, custodiada por José, en pura fe.
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