5º PASCUA-B

sábado, 21 de abril de 2018

29 ABRIL 2018     
5º PASCUA-B

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3 comentarios:

Paco Echevarría at: 21 abril, 2018 20:15 dijo...

ENTRE LA FIDELIDAD Y EL COMPROMISO (Jn 15,1-8)

La metáfora de la vid y los sarmientos sirve a Jesús, en su último discurso, para reflexionar sobre un aspecto fundamental en la historia del cristianismo: el del difícil equilibrio entre la fidelidad al pasado y la respuesta comprometida en el presente. A sus seguidores había dicho, en el sermón del monte, que habían de ser sal de la tierra y luz del mundo, indicando así que su tarea necesariamente tendría que ver, en cada momento histórico, con la realidad del mundo en el que vivieran. Se trata de vivir en el mundo sin ajustarse a él porque, en ese caso, ni se es sal ni se es luz. Por otra parte, esta importante misión sólo puede ser llevada a cabo desde una profunda fidelidad al origen, de ahí la metáfora de la vid -¡Sin mí no podéis hacer nada!-.

Este delicado equilibrio se rompe cuando los creyentes, en un deseo profundo de fidelidad, se inclinan tanto al pasado que vuelven las espaldas al presente; o cuando, en un deseo ardiente de compromiso con el presente, olvidan el pasado. En el primer caso, se potencia la seguridad doctrinal y moral, la actividad interna de la institución, el alejamiento del mundo, el desentendimiento de las realidades temporales... En el segundo caso, aparece la obsesión revisionista, el relativismo, las actividades de presencia en el mundo, al inmersión en la realidad, la sobrevaloración de lo temporal...

Un planteamiento semejante ignora algo profundamente marcado en la naturaleza humana: su carácter polar. Acostumbrados a funcionar con una visión dualista, vemos la realidad en clave de opuestos: blanco-negro, derechas-izquierdas, nosotros-vosotros... sin darnos cuenta de que, en realidad, sólo se trata de dos polos que se necesitan mutuamente. Es la situación concreta la que nos sitúa unas veces más cerca de un polo y, otras, más cerca del otro. Esto, que vale para el individuo y la vida, vale también para el cristianismo: hay momentos en los que es necesario intensificar la fidelidad para que la luz no se apague y la sal no se vuelva insípida; y hay momentos en los que hay que intensificar el compromiso para que la luz siga iluminado y la sal, sazonando.

En el mundo actual es frecuente que determinadas instancias políticas o culturales pidan a la Iglesia algo que no puede hacer: unos quieren reducirla al ámbito de la conciencia y de la sacristía negando de este modo la misión en el mundo que el fundador le asignó; otros la quieren asumiendo los planteamientos morales, sociales y culturales de cada época, olvidando la necesidad de ser fiel a su identidad. A la Iglesia hay que pedirle simplemente que sea lo que es -lo cual no es poco en este tiempo de sequía de identidad que padecemos en tantos ámbitos de la vida-, es decir, que sea fiel a su fundador y a los valores que él vivió y predicó y que, en consonancia con los mismos, luche por construir un mundo más humano y fraterno, lo que Jesús llamó el Reino de Dios. Cualquier otra cosa es intentar descarriarla o, al menos, meterla en vía muerta.

Francisco Echevarría

juan antonio at: 23 abril, 2018 19:43 dijo...

RECELO, AMOR, INTIMIDAD
La primitiva comunidad se está formando y llega Pablo, probablemente de Damasco a donde volvió después de pasar tres años en el desierto de Arabia, (Glt, 1,17) y dado sus antecedentes, la Iglesia tiene recelo de él y tiene que avalarlo Bernabé y comienza su predicación, gozando la Iglesia de paz, multiplicándose animada por el Espíritu Santo: estamos en la espera de Pentecostés, la fiesta del Espíritu Santo, quien nos da vida y quien nos renueva continuamente y tiene que venir S. Pablo a echarnos en cara, que somos templo del Espíritu Santo, persona de la Santísima Trinidad, más olvidada, a pesar de ser el Aliento del Padre y el Hijo en la plenitud de la eternidad e impulsor de nuestra vida, ¡qué poca vida vivimos!
San Juan nos habla del amor verdadero, no de boquilla, sino de verdad y con obras, con obras que llegue a Dios y a los hermanos, con obras que realice el Reino de Dios en la tierra, que consuele al triste, que acompañe al desolado, que alegre al que llora, que ría con el que ríe, que………, amor de verdad y con obras.
El Evangelio nos trae la alegoría de la vid, de la intimidad con el Señor, de la vida llena de sabia como los sarmientos unidos a la vid, con la oración en nuestros labios y en nuestro corazón, en nuestras peticiones y en la acción de gracias, en la meditación y en la contemplación, pero siempre, siempre con Él, porque sin Él no podemos hacer nada, pese a nuestras debilidades y nuestras fragilidades, siempre, como nos dice S. Juan tenemos un valedor ante el Padre, para que nuestra unión no se rompa, para que la savia divina llegue a nuestras almas con la Palabra en nuestros corazón.
Virgen Santa, Madre del Resucitado y de los que resucitaremos, ¡Aleluya!

Maite at: 24 abril, 2018 21:31 dijo...

¿Cómo podemos permanecer en Jesús y que su Palabra permanezca en nosotros? ¿Cómo vivir unidos a él para dar fruto abundante?

Busca todos los días un tiempo y un espacio para orar. Cultiva la amistad con Jesús y cuídala. Lee los evangelios, medita y contempla al Maestro: sus gestos, sus actitudes, sus signos... Escucha sus palabras y guárdalas en tu corazón, como María. Deja que reposen en tu interior, que amplíen tus horizontes y enciendan tus afectos. Corregirán lo que está torcido en ti, iluminarán tus angustias y temores, fortalecerán tu voluntad.

Poco a poco tus deseos y necesidades, tus anhelos más profundos, sueños y proyectos serán los suyos. Verás a los demás y el mundo con ojos nuevos, todos y todo te hablarán de él y tú le hablarás a él de todo y de todos.

También tu vida hablará, con todo lo que haces y todo lo que eres, y los demás verán en ti a Jesús que pasa haciendo el bien, perdonando, acariciando, entregando la vida, derrochando ternura y misericordia, acogiendo a los débiles y desfavorecidos.

Si permaneces en Jesús y él en ti podrás amar como él ama, hasta el final, y serás parte para que la Iglesia se vaya construyendo y progrese en la fidelidad al Señor y se multiplique animada por el Espíritu Santo.