2ºDOM-PASCUA-A

sábado, 8 de abril de 2023
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3 comentarios:

Paco Echevarría at: 08 abril, 2023 08:45 dijo...

DICHOSOS LOS QUE CREEN (Jn 20,19-31)

Dos son los encuentros que recoge el evangelio del próximo domingo. En el primero está ausente Tomás, el que había dicho a los otros “vayamos a Jerusalén a morir con él”. La aparición de Jesús está descrita con todo detalle, lo que indica que es el relato de un testigo presencial. El resucitado saluda con la paz, una paz que ha conquistado con su muerte -por eso muestra las manos- y que llena de alegría a los que la reciben. Les encomienda una misión -perdonar los pecados- y, para ello, les entrega su Espíritu. La paz, la alegría, una misión que cumplir y el don del Espíritu para llevarla a cabo: estos son los cuatro elementos que dan forma al encuentro.

El segundo encuentro tiene a Tomás como centro. No era creíble el anuncio de la resurrección. El mellizo -que así le llamaban- estaba dispuesto a compartir la muerte, pero no entra en su cabeza compartir la vida. Es el realismo trágico de un hombre convencido al que, de pronto, la realidad le tira sus esquemas y sus expectativas. Tomás, como el hombre de nuestro tiempo, sólo cree en lo que toca y ve. El problema es que la realidad más profunda no puede captarse con los sentidos y quien se limita a un pensamiento o a un saber basado sólo en el imperio de los sentidos elimina muchas posibilidades de conocimiento. Hubo un tiempo en el que se pensaba que el único saber válido era el que se ajustaba a la razón. El tiempo nos ha hecho ver que la tiranía de los sentidos y de la razón puede ser más cruel que la del sentimiento.

La edad moderna ha muerto y su hija -la postmodernidad- está enterrando sus ídolos. Hoy dudamos de todo, no hay certezas; desconfiamos de la razón, criticamos los ideales de la Ilustración, vivimos instalados en el desencanto. Sumidos en la irónica frustración de Sísifo, hemos abandonado el heroico tesón de Prometeo, nos hemos arrojado en los brazos placenteros de Dionisios y nos hemos acicalado con la ilusión seductora de Narciso.


Tomás descubrió que hay una lógica más allá de toda lógica, una lógica de lo divino que permite al hombre adentrarse en un saber diferente pero no menos válido que el saber que llega por los sentidos. Cuando Kant afirmó: “¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!” y añadía que sólo una cosa es necesaria -la libertad de hacer uso público de la razón íntegramente- estaba poniendo las bases de la desconfianza en la misma razón. Hoy -como Pilatos- muchos se preguntan: ¿Qué es la verdad? ¿Quién tiene la verdad? ¿Quién conoce la verdad? ¿Qué verdad? El problema no es valorar la razón como fuente de conocimiento, sino creer que es la única fuente de la sabiduría. Quien cae en ese error termina siendo o un escéptico o un fanático.


Lucía at: 10 abril, 2023 22:31 dijo...

¡Ha resucitado! (II)

...Se acerca la Pascua, desde mi debilidad me sigo preguntando por qué tiene que ser de esta manera, si no podía haber sido de otra. Mi mirada se fija especialmente en Judas, ¿es que nadie se daba cuenta de que algo estaba pasando en él? Él te quería, era tu discípulo, pero parece que te estaba queriendo mal… ¿no tenemos algo de responsabilidad en esas personas que están a nuestro alrededor, en nuestra comunidad, que se parecen a él? Seguramente yo también a veces, sin darme cuenta, quiero a mi manera y no a la de Dios. No lo sé, hay tantas cosas que no entiendo, que me quedan por descubrir… por eso quiero seguir acompañándote estos días, aunque duela, y porque me has querido.

Vas a morir por mí, por cada uno de nosotros, cumpliendo en todo la voluntad del Padre. Tu sufrimiento es el camino a la perfección que Dios sueña en nosotros. Me abruma y me sobrecoge tomar conciencia de que eres Tú el espejo en el que quiero verme: eso me pone a mí también en el camino hacia la Cruz, contigo siempre por delante. Y quien se encuentra con la Cruz sólo puede servirla.

En la Última Cena me invitas a participar, como en cada eucaristía, y parece que estuviera allí. "Si no te lavo, no tienes parte conmigo." Y yo quiero tener parte contigo. ¿Cómo podría no quererlo? Me has ido acompañando, enseñando, respetando mis tiempos, queriéndome... He cerrado los ojos e imaginado que eras Tú el que me lavaba los pies. Has sido presencia actual, como en cada eucaristía o cada vez que recibo tu perdón, o nos buscamos en la oración , o soy capaz de verte en un amanecer o en mi día a día en los demás…

Este año he sentido que estaba preparada para dar un pasito más… a pesar de todas mis torpezas, desaires, mis inseguridades… Con ese gesto me dices que tengo vida para darla.
Ese día para mí otra opción no era posible, Tú me has preparado, has puesto tu deseo en mí, y yo me he sentado a la mesa: quiero estar a tu lado, pase lo que pase.

Y lo que pasa entre la Cruz y la Resurrección, la Muerte y la Vida, es puro desconcierto entonces, y ahora. Y no encuentro palabras que lo puedan explicar. Es la alegría del amigo que no se fue y que permanece para siempre a mi lado. ¡Ha resucitado! Es Amor que se quiere hacer presente en mi vida en los pequeños signos de cada día: si los busco, se dejan ver. ¡Ha resucitado! Es el deseo de Dios de permanecer con nosotros aquí y ahora, hasta que descansemos definitivamente en Él. ¡Ha resucitado! Es lo que siento y vivo, aunque no estuviera allí ni lo viera, otros nos han ido dando testimonio, y hemos visto y somos testigos de lo que Él sigue haciendo hoy, en cada uno de nosotros. ¡Ha resucitado!

Y no podía haber sido de otra manera. La Resurrección era el plan de Dios desde el principio. “Y vio Dios que era bueno...”

juan antonio at: 12 abril, 2023 09:11 dijo...

La semana pasada veíamos el sepulcro vacío, los apóstoles recordando lo que decían las escrituras, creyeron y se marcharon, pero María se quedó y la liturgia nos priva de lo que proclamamos el martes de la octava, el encuentro, la llamada por su nombre, la plenitud del gozo en el corazón de aquella mujer, ¡María!

Hoy las lecturas nos traen, el modo de vivir de los primeros cristianos, de aquella primera comunidad que invocaba su nombre y celebraban la cena, la eucaristía y lo “”compartían todo””.
Pedro nos trae una esperanza nueva, la alegría de la fe, la alegría de creer, amar y alegrarnos, aún sin haberlo visto

En el evangelio contemplamos la aparición a los diez, a los once, el deseo de “paz” dada por tres veces y ¿donde tenemos la paz de Dios, la paz de Cristo, la paz del Espíritu? ¿la vemos en la polvareda de tanto odio, la oímos en tanto tronar de las bombas, de los tiros, la palpamos en la humanidad dolorida, maltratada, explotada, sufriente en tantos mares alborotados, buscando una esperanza…….?

Paz a vosotros, Paz a vosotros, Paz con vosotros, Señor, ¿donde está tu Paz?

Por último se declara dichoso a aquellos que, sin haber visto, crean, como nos dice Pedro:
“”No habéis visto a Jesucristo y lo amáis, no lo veis y creéis en él y os alegráis con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación””

Esto no es para un comentario, no es para una reflexión, para una meditación, esto es
para que lo vivamos, saltando de gozo viviendo la Resurrección, cada día, viviendo con el Cristo Vivo, con la esperanza llena de ilusión porque un día alcanzaremos la plenitud igual que Él, somos hermanos en el Hermano, hijos en el Hijo y Aliento con el Espíritu que habita en nosotros y nos da vida, toda la Vida.

Cada uno vivamos nuestra Resurrección, cada uno escuchemos nuestro nombre, como María, no es cuestión de una semana, es cuestión de una vida y tenemos que ir a más, tenemos que ir conociendo para vivir algo más profundo, la serenidad de la Vida que nos llena si abrimos nuestro corazón, “¿No ves que estoy llamando a la puerta? (Ap.)

Abre tu vida a la Vida, tu corazón al Amor, tu fe, tu confianza al que es digno de fiar, espera en el Señor, espera y se valiente…... (Sal 26)

Señor hoy te contemplamos en la intimidad, nos ha deseado la Paz por tres veces, te has identificado con los signos de tu Cruz, nos ha dado tu Espíritu, tu Vida y me dice, a la calle a perdonar y a cumplir la misión que Dios me ha encomendado, no podemos estar encerrados, apoltronados en nuestra comodidad, el Señor nos quiere activos y creativos, la tarea es grande, el trabajo agotador y empezando por ser testigos con nuestras obras, seremos evangelizadores con nuestra palabra

¿Cuánto trabajo nos cuesta salir a la calle y hablar de Jesús? En esto hay otros, a los que creemos en un error, que nos llevan la delantera.
¿Qué somos? Cada uno haga su propio discernimiento

Cantemos con el salmo,
“Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia……
este es el día en que actuó el Señor,
SEA NUESTRA ALERGIA Y NUESTRO GOZO.”

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, primera testigo de la Resurrección, aunque ninguno lo diga, ayúdanos a vivir la Vida, ¡AMEN! ¡ALELUYA