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Estas hojillas, que podéis bajaros, nacieron en la Parroquia de San Pablo (Fuentepiña, barriada obrera de Huelva) y la siguen varios grupos desde hace años en su reflexión semanal. Queremos ofrecerlas desde la sencillez y el compromiso de seguir a Jesús de Nazaret.
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LA FAMILIA DE JESÚS. EL EJEMPLO A SEGUIR
En la sociedad siempre aparecieron tendencias que buscaban modernizar la cultura de los pueblos. Lo reseñable es que se sustentaban en ideas surgidas en otras culturas. Antes de Cristo, el pueblo judío también lo sufrió y el autor del Eclesiástico, defendió la tradición que su pueblo tenía sobre la FAMILIA y lo hizo porque le preocupaba educar a los jóvenes partiendo de ella. Él pretendía enseñarles que era Dios quien le había dado su valor y el rango de autoridad que debía ser respetado por sus miembros, donde el padre y la madre ocupaban el escalón superior, siendo respetados por los hijos hasta el final de sus días. Afirmó que aquellos que los respetaran serían escuchados por el Padre en sus oraciones.
En tiempos de Jesús había escasez de todo pero la convivencia familiar siempre era buena, el PADRE tomaba las decisiones y las mujeres no podían elegir esposo. Aún así la familia permanecía unida pues abandonarla les ocasionaba muchos trastornos, Jesús sí lo hizo y desafió esa tradición denunciando el desmesurado papel del padre y la marginación de la mujer.
María y José, al recibir el anuncio del embarazo de María, nos enseñaron a aceptar los hechos que Dios nos propone, si tenemos FE, y, con su ejemplo, a comportarnos como padres para que nuestros hijos aprenden el camino de la familia, religión, trabajo, relaciones en el entorno social, leyes… También podemos aprender de ellos que construían las viviendas unas junto a las otras, dejaban un patio común en el que ponían los útiles y podían reunirse. Al vivir así aprendían a compartir, ayudarse, defenderse de las agresiones y consolidar los lazos familiares.
María y José, cumplidores de las leyes, cuando Jesús tuvo la edad establecida, fueron al Templo para presentarlo, ofrecérselo al Señor y rescatarlo con una ofrenda.
Simeón y Ana se presentaron, lo reconocieron como el Mesías, proclamaron su misión y anunciaron el dolor que sufriría y el que causaría a los demás… ¡Estos ancianos nos enseñaron a confiar y esperar siempre en el Señor!
Jesús, cuando le llegó el momento de manifestarse, sí abandonó esa forma tradicional de vivir y no se preocupó de las consecuencias que le pudieran sobrevenir después.
Lo que aprendió de sus padres y el entorno lo aplicó en las parábolas y las gentes lo entendían fácilmente.
Los principios que nos legó, a mi entender, aún no los hemos asimilado pues la FAMILIA ya no desempeña el papel tradicional que siempre tuvo, al prójimo no le ayudamos, la FE no se cultiva acertadamente y en la práctica hay mucha tradición y poca Biblia, la única forma de conocer a Dios y a su Hijo a través del tiempo.
Pablo también se preocupó de la FAMILIA y les propuso unas recomendaciones para que supieran corregir los errores de los mayores con delicadeza, que practicaran el perdón y que respetaran la jerarquía familiar.
LOS NUEVOS MODELOS DE FAMILIA Y EL EVANGELIO
En estos días de encuentros navideños, ayer mismo con un grupo de amigos a lo largo de la conversación, fuimos tomando conciencia de los diferentes modelos y formas de estar en el mundo y de crear una familia. Para la mayoría el concepto de "familia" tradicional se nos quedaba corto, aunque ese fuera el mayoritario entre nosotros.
Todos estamos en la cuarentena, ni muy mayores ni muy jóvenes. En nuestro entorno hay parejas del mismo sexo, con hijos o sin hijos, biológicos (concebidos de manera natural o artificial)adoptados o acogidos, separados con hijos, familias monoparentales y otras muchas situaciones más. Un nuevo modelo de familia, del que se habló no sin polémica, y aún desconocido en nuestro entorno, es el de la coparentalidad: dos personas que se conocen para tener y criar un hijo en común, sin relación sexo-afectiva entre ellas.
El Evangelio y las lecturas de hoy traen a mi mente todas estas situaciones y realidades, hogares con corazón, abiertos a lo inesperado, a lo desconocido… buscando un lugar para ellos en él. Cuánto más me acerco a la persona y vida de Jesús, más me ayuda a situarme ante todas estas realidades: en Jesús y en su Palabra abunda la creatividad.
A Jesús le salen al encuentro muchas personas que sufren, desde muy diversas situaciones, pero a él no le preocupan las etiquetas, le importan las personas y lo que hay en el fondo. No se escandalizaba de nada que fuera humano, y a todos trataba con amor. También sufrió el rechazo y la incomprensión, por su forma de ver el mundo y estar en él. En una ocasión se cuenta que sus parientes fueron a hacerse cargo de él, porque decían que se había vuelto loco.
Para mí Jesús “amplía” el concepto de familia: “todo el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”. Y junto a la cruz, al ver a su madre y junto a ella al discípulo más querido, dijo: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”, después dijo al discípulo, “Ahí tienes a tu madre”. Ya no es la sangre lo que nos une, sino el Amor.
Hay muchas personas que viven en el amor y desean hacer la voluntad de Dios, desde nuevos y diferentes modelos y formas de estar en el mundo, y la verdad es que me incomoda que no puedan hacerlo dentro de la Iglesia con toda su plenitud, en igualdad de condiciones.
“En mi debilidad, me haces fuerte...”
FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA 31.12
Esta festividad de la Sagrada familia nos trae una clave para vivir nuestro cristianismo, nuestro seguimiento de Jesús, esa familia de Jesús, María y José nos dice a todos que vivieron en las manos de Dios, todo lo vivieron haciendo la voluntad de Dios desde la Encarnación hasta la Cruz, todo lo vivieron en su corazón llenándose de Dios y con acatamiento a lo que se les decía.
Ese fue el misterio de sus vidas, cada cual cumplió su misión, cada cual llevó a cabo su tarea, con absoluta normalidad, cumplieron todos los ritos de la Ley, primero su matrimonio y con cuantas dificultades, nacimiento del Niño, los pastores, los Magos, circuncidado, cumplida la purificación hicieron la presentación en el templo, una familia más, pero guardando todo en su corazón.
Vieron la intervención de Simeón y de Ana con admiración por lo que se decía del niño, cosa que no debía de extrañarles dado los antecedentes que vivieron, pero es así, cada vez quedaban más sorprendidos pues lo que cada cual decía no era como para menos, pues aunque Simeón glorificara al niño, no dejó de decir lo que supondría para ellos y para todos aquel niño, hecho hombre, enseñará a lo largo de su corto periodo de profeta de Dios el camino hacía la plenitud de la Vida
Tenemos que ver con ojos de fe lo que esa familia iba a ser para la humanidad, modelo de aceptación de la voluntad de Dios, modelo de silencio, de acatamiento y fe.
Nos dice el evangelio que cuando cumplieron todo lo que prescriba la ley, volvieron a Nazaret: treinta años callado, “”… y la gracia de Dios lo acompañaba””
Vivamos nuestra vida de cristiano con entrega total a Dios y a los demás, veamos nuestra tarea en la comunidad y no dejemos de hacer lo que te corresponda pues si te lo encargan es que puedes hacerlo.
Que tu, nuestra vida de familia sea luz en la comunidad que nos ha tocado vivir y miremos en la carta de Pablo a , los Colocenses, como comportarnos y el penúltimo párrafo leerlo por la obligación del marido y terminar con la de la mujer, veremos como todo cambia, ya que el amor lo alcanza todo, lo llena todo y todo será amor y nunca dejemos de tener en cuenta el momento y la sociedad para la que se escribió dicha carta, pues no podemos juzgar con criterios de hoy lo que se vivía hace muchos años.
Recemos con el salmista, “dichoso el que teme (el que ama) al Señor y sigue sus caminos”
Gracias Señor por todo
Santa maría, Madre de Dios y Madre nuestra, enseñanos a vivir la voluntad de Dios en familia, como tu hiciste a lo largo de tu vida, ¡ALELUYA!
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