DOM-2B

domingo, 7 de enero de 2018
14 ENERO 2018    

DOM-2º-B

2 comentarios:

Maite at: 09 enero, 2018 21:59 dijo...

Con cuánto cariño y agradecimiento recordamos a las personas que, con su ejemplo de fe y coherencia de vida, nos han llevado a Jesús. Tal vez con palabras muy sencillas, y siempre con un respeto profundo por nuestra libertad, conscientes de que Dios es quien llama y atrae a sí.

Juan el Bautista, el profeta íntegro y de una pieza, sin fisuras, no tiene reparo en señalar a dos de sus discípulos a Jesús como el Cordero de Dios. Y ellos le dejan para seguir al Maestro. Juan no pretende que sus discípulos se peguen a él. Él es solo la voz, y Jesús el que puede más que él. Juan prepara el camino. Y Jesús invita a ir con él y ver; llama.

También Elí ayuda al pequeño Samuel a reconocer la voz del Señor, y el muchacho, dócil y obediente, se pone a la escucha. Dios cambiará su vida.

En las palabras de Samuel y el salmista encontramos las nuestras para la oración, y en las de Jesús la respuesta a nuestra plegaria.

Es una buena manera de empezar el año, poniéndonos a la escucha de Dios que nos llama y siguiendo a Jesús: Venid y lo veréis.

juan antonio at: 11 enero, 2018 10:20 dijo...

QUÉ BUSCAIS…..
Han pasado semanas y he faltado a la cita, las debilidades de la edad, los fríos y como dicen en mi pueblo “lo que anda”, no han hecho posible mi colaboración en la Hoja.
Pero si pasaron las fiestas de Navidad, de la Sagrada Familia, Epifanía, y el Bautismo del Jesús, llega el tiempo ordinario que no es menos fuerte como solemos decir de las grandes celebraciones, sino que la Iglesia no tiene grandes eventos, aunque ¿nos parece poco el vivir cada día nuestra amistad con Dios desde la Eucaristía con los hermanos?
Hoy la Iglesia nos presenta nuestra vocación, nuestra llamada, la mirada que Jesús nos dirige a cada uno, Juan lo señala y nosotros lo seguimos ¿porqué? ¿Qué hemos visto en ese rostro de Cristo que nos dice donde vive?
Nos hemos visto subyugado, atraído, atrapado en su dulce mirada?
Esta es nuestra vocación, a compartir con Él la lucha por el Reino de Dios, a llevar con Él la expansión de la justicia y el derecho, a luchar por los desfavorecidos, a dejar las cosas claras en nuestro ambiente, sin miedo, sin temor a nada, porque de la abundancia del corazón tiene que hablar la boca y si no hablamos, es que no abundamos en nada, nuestra llamada formación cristiana está vacía, nuestra amistad con Dios es como dice Jesús en el Evangelio, no todo el que dice Señor Señor…… sino el que hace la voluntad de mi Padre.
Señor enséñanos hoy y mañana y siempre cuál es tu voluntad, qué quieres que haga hoy por los demás, por tu Reino.
Tú no quieres sacrificio ni ofrendas,…….. me quieres a mí, pues aquí estoy.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, enséñanos a seguir la voluntad del Padre, AMEN