DOM-11-B

domingo, 7 de junio de 2015
14 JUNIO 2015
DOMINGO 11-B

MARCOS 4,26-34: Parábolas: El campesino paciente y el grano de mostaza.

2 comentarios:

Maite at: 08 junio, 2015 21:14 dijo...

El Reino de Dios necesita la implicación y el trabajo de los cristianos, pero su crecimiento y desarrollo no depende de nosotros. Jesús lo explica con imágenes del campo. El Reino de Dios no precisa medios extraordinarios, ni siquiera los mejores, para extenderse. Por eso la gente pequeña y pobre, que hace cosas pequeñas en lugares pobres, con medios precarios, puede hacer mucho más por el Reino que grandes y sesudos programas y proyectos pastorales.

Trabajar de esta manera por el Reino, dando todo lo que somos y tenemos, del todo, por poco que sea, nos suele hacer creer que nos da el derecho de dominio y control del resultado. Nos sentimos mejor cuando el fin de lo que hacemos depende de nosotros, está en nuestras manos, pero en lo que toca al Reino no es así. Aquí viene bien eso de que somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer.

Además Dios desborda todas nuestras previsiones, y las supera con mucho. Sus planes son más altos que los nuestros, como el cielo es más alto que la tierra... Él humilla los árboles altos y ensalza los humildes, seca los lozanos y hace florecer los secos. Cosas de Dios...

Por eso es bueno darle gracias, y proclamar por la mañana su misericordia y de noche su fidelidad. Es bueno que todo esté en sus manos y un gozo trabajar en su viña.

juan antonio at: 11 junio, 2015 18:40 dijo...

Hoy la Palabra de Dios nos trae a nuestra consideración y vida, el Reino de Dios o como otros gustan de llamar el Reinado de Dios.
Jesús más que hablarnos muchas veces del Reino de Dios, nos habló de muchos aspectos del Reino de Dios, que entiendo podría resumirse en sentir el amor de Dios a nosotros, en vivir el amor de Dios en nosotros, como? dejándole actuar, como la semilla de este Domingo, siendo nuestra actuación acogida de los regalos de Dios en nuestra vida, de nuestro crecer, de las atenciones que recibimos de Dios en las alegrías y en el dolor, en lo bueno y en lo menos bueno.
En Reino de Dios, nos dice Lucas (17,20) no se presenta de forma ostentosa y con grandes portentos, sino de manera sencilla como nos dice esta semana, la semilla que crece, el grano de mostaza, es como si dijéramos, el valor de lo pequeño, el valor del detalle, el valor del humilde que hace lo que tiene que hacer sin pedir explicaciones, sin ir más allá o más acá, él sigue y busca a Dios en lo que hace, día a día, y lo encuentra en ese acontecer de cada momento.
Venid benditos de mi Padre, porque fuiste fiel en lo poco.... (Mat 25,21)
Lo poco, lo mucho, para Dios que no entiende de peso ni de medida ni de tiempo, solo de donación, de entrega, lo que importa es sentir nuestra confianza en Dios, abrir los brazos a Dios que nos lo da todo y desde ahí, cantar con el salmista:
¡Qué bueno es darte gracias, Señor!
--Porque me das todo lo que soy y lo debiera ser y no soy, como diría S. Pablo, hago lo que no quiero y aun entonces, me das la reconciliación, volver a tu Reinado, a estar contigo, como dice el salmista, me guardas como la niña de tus ojos y me protege bajo tus alas.
--Gracias Señor porque aunque me olvides de Ti, Tú no te olvidas de mí, aunque te abandones, Tú sigues a mi lado, aunque disparate, tengo tu Palabra hecha vida en tu Evangelio.
--Gracias, gracias y mil veces gracias, por la vida que me das cada mañana y gracias porque has mantenido tu cuidado hasta la noche y así hasta siempre.
--Gracias, porque, pese a todas mis debilidades, me has hecho constructor de tu Reinado, con mi pobre colaboración.
María, Madre de Dios y Madre nuestra, enséñanos a decir, ¡AMEN!