4º DOM-PASCUA-C

sábado, 4 de mayo de 2019

12 MAYO 2019
4º DOM-PASCUA-C

3 comentarios:

Paco Echevarría at: 04 mayo, 2019 13:22 dijo...

UNA VIDA PARA SIEMPRE (Jn 10,27-30)

El primer enfrentamiento de Jesús con las autoridades tuvo lugar en el templo de Jerusalén, con ocasión de la expulsión de los vendedores. Fue entonces cuando decidieron que tenía que morir. El último ocurrió en el mismo sitio y el motivo fue su condición de Mesías. Los dirigentes le exigen que diga abiertamen¬te si es o no el esperado y que muestre sus credenciales. Jesús les responde que deben sacar la conclusión viendo lo que hace. Su obra en favor de los hombres es la única credencial que puede presentar. Pero ellos no quieren enterarse. Por eso ni le escuchan ni le siguen, sino que intentan apedrearlo.

La fe en Jesucristo implica dos actitudes, una consecuencia y un fundamento. Las actitudes son la escucha y el seguimiento. La fe entra por el oído, es decir, supone prestar atención a la buena noticia del perdón que elimina los miedos y sitúa al hombre en la dinámica del amor y la fraternidad. Pero no es una escucha pasiva, sino profundamente comprometida y, por ello, implica el seguimiento de aquel que ha encarnado esa buena noticia. La fe cristiana no se reduce, por tanto, a la adhesión a un conjunto de verdades, sino que consiste en la adhesión a una persona que se presenta como verdad, camino y vida.

La consecuencia es la vida eterna. El miedo desaparece cuando la muerte deja de ser una amenaza y pasa a ser vista como el trámite necesario para una vida definitiva. El materialismo no entiende que pueda existir algo que no sea materia y, por ello, unos ignoran y otros niegan la realidad sobrenatural o una vida para siempre. Pienso que es como confundir el coche con el movimiento. El sentimiento religioso siempre ha estado vinculado a una vida después de la muerte -otro asunto es el modo de entenderla- y no creo que esta convicción pueda ser menospreciada por no ajustarse a las exigencias del pensamiento científico. ¿Por qué razón sólo va a ser legítimo y aceptable el discurso científico? Si así fuera, tendrían que callar demasiadas voces, precisamente aquellas que dan sentido a la vida como es la del poeta, la del filósofo o la del artista. Tampoco creo que la fe en la vida eterna conduzca -como se ha dicho- a la negación de la vida temporal. Más aún: creo que es al revés, porque sólo quien no teme la muerte es capaz de vivir plenamente la vida.

El fundamento de todo es que quien cree en Cristo y le sigue se une a él y quien se une a él se une al Padre. La fe profesa que el fundamento de la vida y el ser del hombre es la vida y el ser de Dios. Y, si Dios es el fundamento de todo, nada puede representar una amenaza. Por eso la fe en Dios -bien entendida- implica necesariamente el compromiso con el mundo y el riesgo que conlleva.
FRANCISCO ECHEVARRIA

juan antonio at: 08 mayo, 2019 09:27 dijo...

A pesar de los pocos versículos que componen el pasaje evangélico, apenas cuatro, contiene en sí, como nos dice el Papa Francisco el Domingo 21.4.13, en el Regina Coeli, contiene “”todo el mensaje de Jesús, el núcleo central de su Evangelio: Él nos llama a participar en su relación con el Padre y esta es la vida eterna””
Yo diría que Jesús nos está manifestando la intimidad de su vida y como bien dice el Papa nos está haciendo participe de la relación Padre-Hijo, todo ello dentro del capítulo dedicado por S. Juan al Buen Pastor.
Y en el texto se da la correlación de tres verbos que entraña esa intimidad, escuchamos su voz, voz que hoy tenemos a través de los textos evangélicos y del magisterio de la Iglesia, por lo que se nos presenta esta primera reflexión, ¿cómo es nuestra, mi escucha de la voz de Jesús, como hago esta escucha día a día, cómo es mi reflexión sobre lo que me dicen los textos y qué le digo yo a Él?
Jesús me conoce, y aquí podíamos traer los encuentros después de la Resurrección en que va llamando a cada uno por su nombre, y como antes tenía esa relación personal con los apóstoles, con las mujeres, como era el trato con esos pecadores públicos, Mateo, Zaqueo, la pecadora, Él lo sabe todo de todos, y con alegría podemos rezar con el salmo 139(138) “Señor, tú me examinas y me conoces, sabes cuando me siento y cuando me levanto….”
El último verbo de esta relación íntima es la consecuencia de que escucho su voz, de que Él me conoce, seguirlo, pues no me perderé y tendré la vida eterna, de la que nos habla el mismo S. Juan en el capítulo 17, 3, “”esta es la vida eterna: conocerte a ti, único Dios verdadero y al que enviaste, Jesús, el Cristo””
Y cómo podemos tener esta relación de intimidad con Jesús, con el Padre, que son una sola cosa? Pues con los Evangelios en la mano y ante el Sagrario, lleno de silencio exterior e interior y que el alma, nuestra alma, nuestro yo, nosotros, los seguidores de Jesús, dejemos correr la vista por los textos de cada día y decirle, como en el Evangelio de hoy día seis,”” Señor que tengo que hacer y cuáles son las obras que Dios nos encomienda””, y volvemos a ver que el Padre y el Hijo son Uno, “”La obra es esta, creer en el enviado de Dios”” .
Recemos con el salmista.”El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad dura por todas las edades””
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ayúdanos conocer a Tu Hijo, al Padre y al Espíritu, aliento de ambos, AMEN ¡ALELUYA!

Maite at: 08 mayo, 2019 15:45 dijo...

En tus palabras y obras, en la relación con los tuyos y todos los demás, no mandes nunca mensajes equivocados, imágenes distorsionadas de Jesús. Que viéndote y tratándote todos sepan que el Señor es quien te cuida, te acompaña y vela por ti, pase lo que pase y hagas lo que hagas. No por quién eres tú, sino por quién es él y lo que representas para él.

Que nadie crea, después de tratar contigo, que Dios es un sacafaltas, alguien que está al acecho de culpas y errores, pecados y limitaciones; alguien en busca de méritos que premiar y conductas que castigar. Eso no se sustenta en las palabras y obras de Jesús.

Cuando quieras anunciar a Dios o cantar sus maravillas haz memoria de quien te cobija en todas las circunstancias de la vida y te conduce a fuentes de agua viva, el que enjuga las lágrimas de tus ojos sin ser su causa jamás.

Jesús es quien te conoce mejor que nadie y acompaña cada instante de tu existencia. Eso sí, nunca impone su presencia ni su voz, tú eliges hasta dónde y hasta cuándo y cómo responder a su solicitud por ti.

Escucha, medita y ora las palabras de Jesús en los evangelios. Trata con él en una relación de amistad, de amor. Te conocerás como él te conoce y tu vida será plena y fecunda.