DOM-14B

sábado, 26 de junio de 2021
DESCARGAR

3 comentarios:

Paco Echevarría at: 26 junio, 2021 09:10 dijo...

MIRAR DE OTRA MANERA (Mc 6,1-6)

Cuando se miran las cosas desde muy cerca se pierde el sentido de la realidad. Para ver claro hay que tener la distancia justa: ni muy cerca ni muy lejos. Cuando Jesús llegó a la sinagoga de su pueblo, quienes le habían conocido desde siempre se resistieron a creer en él. Con sus palabras venían a decir: "¡A nosotros no nos engañas: sabemos de sobra quién eres!". La consecuencia fue que se vieron privados de su poder de curar. Tal vez sea ese el problema de los cristianos de siempre y del mundo occidental: sabemos de sobra quién es Jesucristo y por ello no tenemos nada que aprender de él. Hay detrás de esto un mecanismo de defensa frente a la verdad: para no dejarse tocar por el mensaje, se menosprecia al mensajero. Pero en ello está precisamente su debilidad, pues, cuando el mensaje es débil, el mensajero está a salvo.

Viene todo esto al hilo de un pensamiento que -tiempo atrás- algunos divulgaron. "La religión -decían- es una ilusión que desaparecerá con el tiempo; el cristianismo ya no es respuesta a los problemas actuales. Vivimos en una sociedad postcristiana". Yo creo con otros muchos que el Evangelio está por estrenar. Menospreciar su contenido sólo nos lleva a privarnos de sus beneficios. La fe no es sólo mensaje ni sólo vida, sino ambas cosas a la vez y, cuando se renuncia a una, se pierde -tarde o temprano- también la otra.

Jesús fue rechazado por sus familiares -creían que estaba loco- y por sus paisanos -creían que era un carpintero- porque ninguno supo mirarlo de una forma distinta a como lo habían hecho hasta entonces. Cuando uno mira como siempre, sólo ve lo de siempre, es decir, lo que espera ver. Sólo se sorprenden y descubren nuevos mundos los que cambian la mirada. Yo diría que nuestro pecado -ante la fe y ante la vida misma- es haber institucionalizado la rutina, estar de vuelta de todo, ir de sabios. Nada nos sorprende. Por eso la vida ha perdido valor e interés. Para escapar de la insatisfacción que ello conlleva, nos empeñamos en inventar mundos irreales, paraísos artificiales, espejismos de felicidad. Si no, ¿cómo explicar fenómenos tan absurdos y lacerantes como la dependencia de la droga, del juego, del sexo, del poder, del éxito...? ¿Cómo explicar que una persona pague tanto sufrimiento por un poco de felicidad? Creo -estoy convencido- de que sólo superaremos estos males cuando descubramos la dicha que la vida encierra en sí misma. No hablo de renunciar a la felicidad, sino de buscarla donde verdaderamente se la encuentra. Los paisanos de Jesús se privaron de sus milagros -de la vida que él daba a manos llenas- porque se empeñaron en ver en él a un simple carpintero. Y Jesús se sorprendió de su falta de fe como uno se sorprende de que haya tanta gente sedienta de felicidad junto a los manantiales de la dicha.

Francisco Echevarría

juan antonio at: 01 julio, 2021 10:09 dijo...


La presente semana nos ofrece tres lecturas donde se pone de manifiesto la debilidad, la fragilidad humana y la fidelidad pese a todo, desde Ezequiel hasta Jesús.
Ezequiel recibe la misión de Dios y le dice que le hagan caso o no, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos, porque él cumplirá la misión encomendada y como nos dice la Hoja, le hace profeta de la ruina y de la reconstrucción.
El apóstol Pablo nos dice que siente un aguijón en su carne y no pierde la cara a Dios, quien le da la gracia, realizando la fuerza en la debilidad y por eso exclama “”cuando soy débil, entonces soy fuerte””.
El pasaje evangélico es referente a un Jesús, desconcertado y desconcertante, como se nos dice, pues no en vano Jesús quedó desconcertado ante sus paisanos que conociéndolo, que habiendo oído de sus hechos y dichos, cuestionan su persona ¿quién es este, de dónde saca todo lo que nos dice y hace?, pues conocemos a su madre, hermanos y parientes, es decir conocían a todos menos a Jesús.
Tendríamos que decir de nosotros eso mismo, conocemos tu evangelio, conocemos….., pero Tú quien eres?, no le conocemos, estamos en muchas cosas, asociaciones, hermandades, instituciones de caridad, somos solidarios, pero porqué hacemos todo eso y nuestra vida queda vacía por dentro y llena de cosas e instituciones en las que estamos?
Jesús también fue fiel a su misión a su envío, y después de quedar decepcionado siguió su ruta por las aldeas del entorno, no abandonó, no dejo de hacer la voluntad del Padre.
Creo que es una semana para que en nuestro interior veamos nuestra vida, nuestra actuación como seguidor de Jesús en nuestra comunidad, reflexionando si nos cansamos a la primera de cambio, si dejamos la tarea que tenemos encomendada como cristiano de llevar el Reino, el Amor del Padre Bueno, la revelación de Jesús y su Reino y sentir la fuerza del Espíritu en nosotros, quitándonos todo lo que sobra, lo que hemos añadido, como dice Jesús en Mt 23,23 “”pagáis el diezmo…. y no os preocupáis de lo más importante de la ley, que es la justicia, la misericordia y la fe””
Seamos serios en nuestro caminar con Jesús y para engañarnos, como decía uno, “siempre hay tiempo”, pero es una pena que no vivamos la riqueza del Amor de Dios en nosotros cada día y estemos pendiente de lo accesorio y aquí cada cual podemos poner “todas esas cosas que hacemos prioritarias y no lo son y preocuparnos de la justicia, la misericordia y la fe.
Señor a Ti levanto mis ojos, a Ti levanto mis manos y en tus manos pongo mi vida, y en tu misericordia confío Señor, pues soy un pecador.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ayúdanos a decir AMEN.

Maite at: 01 julio, 2021 19:00 dijo...

¿Cuántas veces hemos repetido que nadie es profeta en su tierra? Aunque no solemos referirnos a lo que somos por nuestro bautismo.

Jesús escandalizó a quienes creían conocerlo bien y no se explicaban sus obras y palabras. Antes que él también Ezequiel fue enviado a “un pueblo rebelde, de dura cerviz y corazón obstinado”. Son las condiciones que hacen estéril cualquier profecía. No hay más ciego que el que no quiere ver, y cualquiera puede obstinarse todo lo que quiera. Y así Jesús no puede sanar, ni ser luz de nadie, ni dar vida… Sin embargo, Dios no deja de su mano ni siquiera a quienes hacen infructuosos los trabajos de sus sufridos profetas.

Hasta el salmista acude a Dios en su angustia. Solo tiene ojos para él, pero recibe, hasta la hartura, una buena dosis de “sarcasmo y desprecio” por parte de quienes le rodean.

Tampoco Pablo salió siempre airoso en sus empresas evangelizadoras. Pero aprendió y nos ofrece la clave más valiosa para no tirar la toalla, que es un lujo que ningún profeta puede permitirse: la gracia de Dios basta. La fuerza se realiza en la debilidad. Además, el patrimonio de todo profeta consta de debilidades, insultos, privaciones, persecuciones, dificultades…

Por eso nada de todo ello se le ahorró a Jesús. La falta de fe, además, le ata de pies y manos para hacer el bien, curar y liberar a las personas. Hay pensadores cristianos que opinan que es un error llamar a Dios “Todopoderoso”, y es que no puede hacer lo que quiere en favor nuestro. Depende de nuestra fe, nuestra confianza; de la acogida de nuestro corazón.

Sin nosotros, Dios no puede hacer nada. Aunque por él nunca quedará…