DOMINGO 13-A

sábado, 24 de junio de 2023
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3 comentarios:

juan antonio at: 27 junio, 2023 09:39 dijo...

Dm 13 TO 2.7.23

Hoy el evangelio nos puede parecer algo fuera de lugar, un poco duro y exigente sobremanera, pero no es más, entiendo, que el primer mandamiento

“amar a Dios sobre todas las cosas ”

No es que Dios impida el amor a la familia, a los amigos….. a los seres queridos, si va más allá de todo ello enseñándonos que amenos a los enemigos y pidamos por los que nos insultan, cuanto más nos va a pedir que dejemos a la familia?.

Entiendo y puedo estar equivocado que en nuestro amor tenemos que tener la prioridad del amor de Dios y esta prioridad nos dará todo otro amor, nos dará el amor a la familia y el amor al prójimo, el amor al enemigo……. nos abrirá el corazón a todos y a todo y de ahí saldrá nuestra mano tendida y nuestra mirada limpia, compasiva, misericordiosa.

En definitiva el evangelio nos está poniendo ante nuestros ojos la experiencia de amar, amar con todo el corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas a Dios y a nuestros hermanos los hombres.

Para ello nos pide que nuestra vida tiene que estar entregada a nuestra vocación de cristiano, al evangelio, a la causa de Dios y a la causa de los hermanos, pues de lo contrario no la vivimos, pasamos, duramos, estamos, pero nuestra Vida está lejos de aquella filiación que adquirimos en el bautismo como nos dice S. Pablo y por ende incorporados a su muerte y a su resurrección, esto es a la Vida de Cristo Jesús, que con nuestras luces y sombras tenemos que hacer nuestra.

Y esta entrega tiene su recompensa, es llegar a la plenitud en Dios nuestro Padre, pues si un simple vaso de agua tiene su recompensa, cuánto más la entrega de nuestra vida

Jesús siempre tiene en sus enseñanzas lo pequeño y lo sencillo, con ese vaso de agua nos está pidiendo que en la practica de ese amor a todos y en todo tenemos que darnos, entregarnos que el amor no es solo palabra, es obras del corazón y de nuestras manos, son dones que damos a los demás porque Dios, el Señor, nos lo ha dado antes en el Espíritu al que cada mañana, al empezar nuestra oración, nuestra invocación al Espíritu termina “humildemente te pedimos que nos des vida y que habites en cada uno de nosotros, para que, como seguidores de Jesús, vivamos su evangelio en nuestro día a día”.

Estamos un Domingo más ante lo que Jesús nos dice como tiene que ser nuestro amor, Dios y todos, Dios y la familia, Dios y nuestros seres queridos, Dios y todos aquellos que nos rodean, porque el amor no tiene puerta, el amor no tiene peso ni medida, el amor es, todo y si te llenas de Dios, servirás a todos.

Señor, gracias por todo

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, enséñanos a decir ¡AMEN!





Paco Pérez at: 28 junio, 2023 17:04 dijo...

EL DISCÍPULO. REQUISITOS PARA SERLO
Jesús invitaba, a quienes lo escuchaban, a ser sus “discípulos” y les decía qué debían hacer para serlo. No era una propuesta dirigida a unos pocos sino válida para todas las personas de todos los tiempos.
Quienes lo sigan lo harán sin pensar en ellos sino entregándose por los demás desde la responsabilidad que cada persona tiene en la familia, la profesión o la sociedad.
Desde la antigüedad, se consideran “discípulos” a quienes aprenden una doctrina, ciencia o arte ayudados por un maestro. En la Biblia también los encontramos, Jesús perteneció a este grupo de personas extraordinarias que, desde el primer momento, enseñaba y atraía a las personas de todos los lugares y de todas las clases sociales pues les decía cómo tenían que comportarse, a esas formas ellos no estaban acostumbrados.
Como “maestro”, Jesús enseñó, profetizó y curó a los enfermos pero los otros maestros no pues su deber estaba limitado a enseñar a los que acudían atraídos por el deseo de aprender.
Los “discípulos” de Jesús adquirían un compromiso muy grande al aceptar su llamada pues tenían que cortar con las ataduras del modelo familiar y social que entonces había, esa decisión era dura y por eso sólo fue atendida de inmediato por unos pocos… ¿Por qué?
Porque antes de que tomaran la decisión final les hablaba de los peligros que podían afectarles: Perder la vida, renunciar a sus planes familiares, profesionales, aficiones o costumbres, a las seguridades materiales y no hacer caso a la incomprensión familiar y social que recibirían al hacerlo.
Seguirle obliga a tomar unas decisiones muy duras pues hay que llevar una vida libre y sin las ataduras de la materialidad y el egoísmo, abandonar a los padres, familiares, trabajo… En aquellos tiempos hacerlo era una decisión que se interpretaba mal porque las opiniones de los mayores eran muy respetadas y, además, eran atendidos en sus necesidades por los descendientes.
Un ejemplo de esa forma de comportamiento la encontramos en Eliseo, un hombre de Dios. Él viajaba ejerciendo su labor misionera y al pasar por un pueblo vivió una historia ejemplar cuando una familia lo acogió en su casa y, con ese gesto, se nos enseñó cómo debemos comportarnos con las personas desconocidas, hacerlo como un deber y no por intereses personales. También nos ayuda a ver con claridad que Dios, en este caso por mediación de Eliseo, ayuda de manera invisible a quienes saben hacerlo bien con los necesitados: Aquellos esposos eran mayores, no tenían hijos, él le pidió a Dios que les ayudara, lo escuchó y les anunció su próxima paternidad.

Maite at: 30 junio, 2023 15:43 dijo...

Las palabras de Jesús en el evangelio de este domingo nos recuerdan la exigencia y la radicalidad de su seguimiento. Y lo chocantes que nos resultan, tomadas en su literalidad, nos llevan a tomar conciencia de la importancia de interpretarlas bien para captar su verdadero mensaje.

Es evidente que a nuestro alrededor se vive un cristianismo light, hecho de devociones, piedad individual y perfectamente compatible con un ritmo y estilo de vida y de relación muy poco o nada evangélico. Hay seguridad y comodidad dentro de la Iglesia institución porque ofrece un buen colchón doctrinal, normativo y cultual. Pero, ¿y la pasión evangélica, y el fuego, eso que nos saca de nosotros mismos y nos empuja, nos transforma y trastoca todo nuestro mundo y sicología?

Jesús nos recuerda que hasta nuestros afectos están marcados por el seguimiento. Pero ni él ni Dios los anulan. Nada que no sea humano puede ser divino. Sin embargo, el seguimiento de Jesús sí los reorienta, los canaliza y prioriza, les otorga una jerarquía. Y, por encima de todo, los hace saludables y fuente de vida y crecimiento; alejados de cualquier forma de toxicidad, manipulación y egoísmo.

Cargar con la cruz o perder la vida tienen que ver no solo con la renuncia, sino también con la afirmación gozosa del que ha encontrado el tesoro escondido y vende por él todo lo que tiene: es como apostar todo a una carta sabiendo, de antemano, que es la ganadora.

Y hay que tener en cuenta que, al hablar del seguimiento, hablamos de gente enamorada. Gente apasionada, fascinada por Jesús, atrapada por el sueño de seguir sus pasos, de vivir como él: para el Padre y para el Reino. Por eso, Pablo, en Romanos, habla del bautismo como lo hace. Y el salmista se compromete: “Cantaré eternamente las misericordias del Señor; anunciaré tu fidelidad por todas las edades”.