DOMINGO-13B

sábado, 22 de junio de 2024
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4 comentarios:

Paco Pérez at: 26 junio, 2024 17:12 dijo...
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Paco Pérez at: 26 junio, 2024 17:14 dijo...

JESÚS Y LA ENFERMEDAD. LA IMPORTANCIA DE LA FE
La muerte, a pesar de los deseos de Dios, entra en nosotros por culpa del demonio y el odio que genera en quienes lo siguen pero Él no es el autor de ella sino de la vida y su deseo es que tengamos salud.
A los enfermos, en el pasado, les ayudaba la familia, los vecinos o los curanderos pero, si consideraban que era por castigo de Dios, les aconsejaban que reconocieran su pecado y pidieran perdón.
Jesús fue único cuando les mostró su grandeza ayudándoles de manera diferente, es decir, haciéndolo sin protocolo, objetos o potingues y, después de sanarlos, les decía… ¡Tu fe te ha curado!
Ayudaba a quienes además de ser cojos, mancos, ciegos… tenían que sufrir por ello y soportar la marginación social de las personas de su entorno, eso también causaba dolor y les alteraba la estabilidad emocional pero Él hablaba a quienes así se comportaban en un lenguaje sencillo para que cambiaran, se liberaran de las influencias que el mal ejercía en ellos y fueran fraternos con los necesitados, éstos vivieran así mejor y ellos quedaran liberados de esas costumbres corrosivas.
En la escena de la hemorroisa les enseñó a comportarse con los enfermos pues ella se acercó y lo tocó pero Él no la rechazó sino que la trató con cariño, la acogió… ¡Y la curó!
Por las costumbres del lugar, el comportamiento de ambos sorprendió a las gentes pero con acciones así los atrajo, ellos se identificaron con Él y su fama creció pero Él sólo deseaba que aprendieran y cambiaran para que en aquella sociedad se forjara una convivencia sana en la que todos estuvieran unidos y el Reino de Dios iniciara su andadura terrenal.
En los milagros se comprueba la condición divina de Jesús y el enorme valor que tiene la fe en la resolución de los problemas humanos, con ella se resuelve todo y sin ella quedamos indefensos ante el mal, la enfermedad o la muerte. También aprendemos que la fe no está en quienes dicen ser creyentes sino en quienes de verdad comprenden quién es Jesús.
Pablo reconoció las buenas cualidades de los corintios, los animó a practicar la generosidad con los demás y les puso a Jesús como el ejemplo a seguir pues Él, siendo el primero en todo, se hizo el último por todos para que su ejemplo nos guiara.
El apóstol decía que la generosidad no consiste en desprenderse de los bienes para pasar estrecheces después sino en compartir con quienes no tienen nada y así, en otro momento, nosotros podremos ser atendidos por otros.

Maite at: 27 junio, 2024 15:33 dijo...

¿Para qué molestar más al Maestro?

Esta es la frase de los incrédulos de todos los tiempos. Una frase fake, que diríamos ahora, porque aparenta una cosa y oculta otra. Aparenta deferencia hacia alguien de quien no se quiere abusar, y oculta un reproche ladino que pone de relieve la convicción de que, en realidad, la persona aludida no tiene nada que hacer en el asunto que se trae entre manos.
La hija de Jairo está muerta, y Jesús no puede hacer nada por ella. No tiene sentido que prosiga su camino hasta la casa donde se encuentra el pequeño cadáver, presa ya de la muerte. En esa casa, invadida por el dolor, Jesús sobra. Por eso, pide a Jairo, en ese ambiente hostil, que tenga fe.

Jesús mismo es la vida y la salud, y va derramándolas por donde pasa; incluso de forma inconsciente, como ha pasado con la hemorroísa, o atravesando la barrera de la incredulidad y la burla, como ha sucedido en el caso de la pequeña hija de Jairo.

Tal es la misión del cristiano: ser repartidor de vida. Ir diciendo, de palabra y de obra: “Levántate”, y ofreciendo la mano para incorporar a tantas y tantos postrados a nuestro lado, en nuestro camino. Hay manos que derriban a los otros, que ofenden, que denigran. Las de Jesús son siempre fuente de salud, de vida nueva, manos que alzan.

Pero nadie puede recibir la vida si no está dispuesto a acogerla. Los hay que se desaniman ante la evidencia de que Dios no es “todopoderoso”, como se nos ha enseñado. Es bondad y misericordia, luz y vida, amor y paz. No admiten al Dios de Jesús, al Padre, que se esconde en lo pequeño, en lo que no cuenta, en lo menos aparente y fuerte; que necesita de nosotros para hacer en nosotros cosas grandes. Dios no interviene para tapar agujeros ni eliminar el mal o el sufrimiento. Para ser curada, la hemorroísa ha de arriesgarse a tocar el manto de Jesús. Y la hija de Jairo necesitará toda la fe de su padre, su esperanza en Jesús contra toda esperanza.

Solo quienes no tienen fe en Jesús, ni su esperanza puesta en él, se alinearán con los que no quieren molestar al Maestro.




juan antonio at: 28 junio, 2024 08:27 dijo...

DOMINGO 13 T.O.* B *30.6.2024 ENCUENTROS CON …..

El evangelio de esta semana nos trae dos encuentros con Jesús, cuando pasó a la orilla palestina del lago y en el camino muchos le seguían: encuentros que vienen provocados por una necesidad que nadie satisfacía, la muerte cercana de una niña de doce años y una enfermedad que duraba doce años, encuentros del padre de la niña que pese a su cargo oficial no duda en acercarse al Maestro y una mujer que oyó hablar de Jesús y en ambos encuentros hay una actitud común, ambos se postran a los pies de Jesús: Jairo pidiendo la sanación y la mujer revelando su actuación secreta y agradeciendo lo recibido.

En ambos hay fe, ambos creen que Jesús les va a ayudar, se da por hecho, ellos solamente, cada una uno a su forma, lo piden.

Qué lección de humildad, qué lección de fe, uno por atreverse a romper la institución a la que servía y otra porque la desesperación le lleva a creer cierto lo que “oyó” hablar de Jesús.

Este es el relato y tenemos que ver qué mensaje nos trae que nos quiere decir Jesús, hoy a los cristianos de este momento, porque los evangelios son vida siempre vida y estilo de vida.

El mensaje, en mi pobre opinión, está en la búsqueda de Jesús y en el encuentro con Jesús: búsqueda que podrá surgir de nuestra debilidad, de nuestra fragilidad humana, pero también que dentro de la necesidad hemos sabido a donde ir, a quien buscar, sabemos y hemos oído mucho de Jesús y a él vamos a pesar del camino duro que las vicisitudes de la vida nos presentan.

Encuentro que en el relato se nos presenta partiendo de la humildad de cada uno de los personajes, yendo contracorriente, saltando todas las reglas habidas y por haber, es Jesús, como en el evangelio de hoy viernes, “”Señor, si quieres puedes limpiarme””, se ha quedado atrás nuestro orgullo, nuestras posiciones y consideraciones sociales: ven e impón las manos… con solo tocarle el manto: tu fe “”te”” ha curado...””no temas, basta que tengas fe y desoyó a los de su casa: fe, confianza absoluta,entrega sin reserva, disposición plena…. para llegar al encuentro definitivo.

Hasta donde llego, como es mi fe en ese Jesús que he buscado y he encontrado o he desaprovechado lo vivido para caer después en la inercia de una vida lánguida…, pasiva, abandonada.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí, de nosotros, recemos con el salmista, hoy y siempre, que nuestra oración llegue hasta ti en todo momento porque hagamos oración nuestra vida, nuestras ocupaciones y preocupaciones, porque todo lo tenemos en tus manos, Señor.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ayúdanos a decir ¡AMEN!