Mc 1,1-8: Allanad los senderos del señor.
Descargar 2º Domingo de Adviento - A.Juan García Muñoz.
Estas hojillas, que podéis bajaros, nacieron en la Parroquia de San Pablo (Fuentepiña, barriada obrera de Huelva) y la siguen varios grupos desde hace años en su reflexión semanal. Queremos ofrecerlas desde la sencillez y el compromiso de seguir a Jesús de Nazaret.
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En los primeros compases del Adviento emerge ante nosotros la figura de Juan el Bautista. Con él nos adentramos en el desierto, espacio privilegiado de escucha y soledad, de alejamiento de lo temporal y cercanía a lo esencial. Ahí podemos allanar en nuestra estepa una calzada para Dios, levantar valles y abajar montes y colinas que perturban la paz de nuestro interior y nos impiden aguardar al que se acerca. En el desierto habitan la austeridad y la sobriedad, compañeras de viaje imprescindibles para una travesía hacia lo nuclear del alma.
Allí se encuentra Juan, la voz que grita llamando a conversión, las manos que bautizan repartiendo perdón, el hombre de una pieza que nació para precursor y es fiel,hasta la muerte, a su misión. El que conoce su lugar y su puesto en la historia de la salvación y hasta donde llega su colaboración. El que sabe que hay uno que viene detrás y es más que él, y que su voz se apagará con su llegada.
Juan, el más grande de los nacidos de mujer. Con él se extingue el tiempo de la expectación y se inaugura un tiempo nuevo. Un tiempo en el que el más pequeño en el Reino de los cielos es más grande que él.
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