TRINIDAD-C

sábado, 4 de junio de 2022
DESCARGAR

3 comentarios:

Paco Echevarría at: 04 junio, 2022 08:44 dijo...

DIOS Y LO HUMANO (Jn 16,12-15)

El misterio de la Santísima Trinidad –Dios es uno en una triple manifestación– resulta a muchos un misterio poco útil y así es si tratamos de comprenderlo desde la lógica matemática, es decir, como si se tratase de un teorema que hubiese que explicar. Pero la revelación cristiana no es un ejercicio de clarificación de misterios ocultos con el objetivo de satisfacer la curiosidad humana, sino la manifestación de claves existencia¬les, es decir, de una verdad que ayuda al ser humano a descubrir su esencia y a vivir humanamente. No en vano dicen las Escrituras que el hombre está hecho a imagen de Dios. En definitiva, de lo que se trata no es de conocer el misterio del Dios, sino de conocer el misterio del hombre y de su existencia en el mundo. La verdadera pregunta no es cómo se entiende el misterio de la Sma. Trinidad, sino para qué se nos revela ese misterio.

Decimos que Dios es uno, no que sea un solitario, un ser ensimismado, encerrado en sí mismo, desconectado de todo lo que no sea él. Sería como divinizar el egoísmo. Dios es comunión, es decir, no es un yo sin un nosotros. Y ésta es la primera clave de nuestro ser y de nuestro existir. Sólo podemos ser nosotros mismos con los demás. Quien se encierra en sí mismo se hunde en el pozo profundo de la neurosis. Quien mira hacia el fondo se hunde cada día más. Sólo quien mira hacia lo alto y hacia afuera puede salir de esa enfermedad de la mente y del espíritu que es el ensimismamien¬to.

Decimos que es Padre-Madre, es decir, origen y fuente de la vida, amor que se da, que se entrega, que se comunica. Es donación. En el gesto fecundo de darse encuentra el ser humano lo mejor de su esencia. No hay gesto más humano ni más dichoso que el de dar la vida que uno es. Me pregunto si la cultura del sexo sin riesgos –es decir. sin la complicación de los hijos– es un camino hacia la felicidad o, por el contrario, un callejón sin salida. Decimos que Dios es Hijo, es decir, el amor pasivo, el amor que se acepta, que se recibe. Es la acogida. Se trata de reconocer la otra cara del amor, aquella que nos permite ser amados y gozar en ello. Puede decirse que el ser humano es alguien que abraza y es abrazado, porque sólo en el abrazo mutuo está el ser completo. Lejos de nosotros la autosuficiencia del que cree que se basta a sí mismo. También éste es un solitario. Y decimos que Dios es Espíritu, es decir, vida. Es el amor en sí mismo, la corriente vital que fluye entre aquellos que se abrazan, la conciencia de la unidad más allá del ser de cada uno.

Dios es Trinidad y lo es el ser creado a su imagen. Tal vez a alguno le parezca poesía, pero una poesía destinada a iluminar la tosca prosa de la realidad. Dios es donación, acogida y amor. El ser humano o es eso o no es nada.

Francisco Echevarria.

Maite at: 07 junio, 2022 19:21 dijo...

Ninguno de nosotros sabe ni puede explicar qué es exactamente la Trinidad, y las lecturas de este domingo no nos sacan de dudas. Pero, al asomarnos a ellas descubrimos un retrato maravilloso de ese Dios al que llamamos trino: un dios-con-nosotros que, desde siempre y por siempre, nos busca, sueña con nosotros, se nos entrega, nos acompaña, nos guía y orienta, nos mueve y nos instruye si nos abrimos a él y aceptamos su presencia y compañía.

Según la primera lectura, las delicias de la Sabiduría de Dios están con los hijos de los hombres, a pesar de conocer y disfrutar, desde su origen, con los cielos, los mares y los cimientos de la tierra. El salmista contempla, en todo su esplendor y belleza, la hermosura de lo creado y, sin embargo reconoce, en cada ser humano, la niña de los ojos de Dios.

Pablo va más allá y asegura que hemos sido agraciados por Jesucristo y, gracias a él, estamos en paz con Dios. No solo eso: el mismo Dios mora en nosotros, su Espíritu habita en nosotros. Es el mismo amor de Dios que él nos ha dado, que ha derramado en nuestros corazones.

Jesús vela por nosotros, no nos ha dejado solos y nos regala su Espíritu. Su intención es que nos guíe hasta la verdad plena y nos vaya haciendo uno con el Padre y con él.

¿Acaso puede un padre hacer más por sus hijos, trabajar más por su sustento y educación, entregarse más por ellos?¿Puede un amigo acompañar de forma más entrañable, compartir lo propio con más generosidad?¿Puede un amante expresar con más delicadeza y ternura su amor, dejar de lado lo propio para asumir lo de su amada, buscando unirse más y mejor a ella?

Está bien intentar, en la medida de lo posible, conocer a Dios, siempre que evitemos la tentación de meterlo en nuestras cabezas como si ahí pudiéramos contenerlo o abarcarlo. Pero una vida no basta ni alcanza para gozar y contemplar lo que sí está a nuestro alcance sobre él. Cualquier momento es bueno para empezar. La Palabra es un lugar privilegiado para ello. Y hay más. Basta con mantenerse atentos y despiertos.




juan antonio at: 08 junio, 2022 07:45 dijo...

Hoy la liturgia nos pone ante el día de Dios, celebramos el día de Dios, la Santísima Trinidad, la esencia, lo que Dios es y esto no está al alcance de nosotros los hombres, de la humanidad, pues ¿cómo comprender el un misterio? Un solo Dios y tres personas distintas.

El misterio es una cuestión de amor, es en su última instancia, amor y más amor, o lo aceptamos o lo rechazamos, pero explicarlo,?, locura, como nos dice la leyenda de S. Agustín y el niño en la playa: antes meteré todo el agua en el hoyo que tú comprendas….

Pero Dios es bueno, comunicador, potencia al hombre, perdona al hombre, se pone al servicio del hombre, es débil, tierno… como nos dice la hoja, caracteres que encontramos en el Dios de Jesús, el el Dios revelado por Jesús y aún así, Jesús se quedó corto, pues “muchas son las cosas me quedan por deciros” y ya era la hora de su marcha.

Dios quiere que el hombre alcance su condición divina,como nos canta el salmo y como nos dice Juan en el capitulo primero “”vino a los suyos y……. a los que le recibieron los hizo hijos de Dios”.

El pasaje evangélico nos habla de las tres personas:

“Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa”
“Todo lo que tiene el Padre es mío”
“Por eso tomará de lo mío y os lo comunicará”

Este es el Dios en el que creemos por el don de la fe derramada sobre nosotros en el Bautismo y hecha Vida en la madurez y por esta fe hemos sido justificado estando en paz con Dios por medio de Jesucristo, como nos dice Pablo.

En un atrevimiento podíamos decir, salvando la distancia naturalmente, si nos miramos a nosotros mismos, hechos a imagen y semejanza de Dios:

-------Somos padre/madre, hijos/hijas y fuerza y aliento en la relación entre todos-----, pues esto es Dios, una familia, padre/madre, hijos/hijas y los une esa fuerza que no es más que el amor.

No podemos comprender, solo vislumbrar, atisbar lo que se celebra y aceptar esa presencia activa de Dios por la fe que se nos ha dado que nos llena de Vida, que nos llena de Amor, que nos llena de Esperanza.

Ante esta celebración pongámonos en actitud de humildad y sencillamente digamos lo único que podemos decir:

“sí, creo”.

¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder?, pues eso, el ojito derecho de Dios que “nos cuida como a la niña de sus ojos y nos protege bajo la sombra de sus alas”.

Gracias Señor, Gracias Padre Dios, Gracias Jesús, hermano y gracias Espíritu,fuerza y guía nuestra y de la comunidad eclesial.

Santa Madre de Dios y Madre nuestra, ayúdanos a recibir y sentir la fuerza de Dios Padre, Hijo y Espíritu como tú lo viviste, siendo “templo y sagrario de la Santísima Trinidad” (final del Sto. Rosario) ¡AMEN! ¡ALELUYA!